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miércoles, 29 de junio de 2011

NI SIRVIENTAS NI FAMILIARES: SIEMPRE TRABAJADORAS

Aprobado en Convenio sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos

Las decenas de millones de mujeres empleadas en el servicio doméstico en el mundo conquistaron legalmente el rango pleno de trabajadoras mediante el tratado adoptado este jueves en la cumbre anual de la OIT.

El Convenio sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, aprobado por mayoría abrumadora en la Conferencia Internacional del Trabajo que se desarrolla en Ginebra, declara que son trabajadores los empleados y empleadas domésticas, resaltó el director general de la OIT, Juan Somavia. Ellas no son sirvientas ni miembros de la familia“, insistió el máximo representante de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Borrow, quien saludó la convención “como una gran victoria”, puntualizó que las trabajadoras domésticas inmigrantes en el Golfo Pérsico sufren opresión y violencia. Esas mujeres provienen principalmente de Bangladesh, Etiopia, Filipinas, India, Indonesia y Sri Lanka, detalló.
Ese es el punto saliente del Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos y fue el mayor obstáculo durante las discusiones, comentó a IPS Karin Pape, coordinadora de la Red Internacional de Trabajadoras del Hogar (IDWN). ”Significa que no somos colaboradoras, criadas o sirvientas. Por supuesto, ninguna puede ser esclava. Somos, trabajadoras”, enfatizó Pape. Somavia admitió que, pese a que el convenio resultó aprobado por 396 votos a favor, 16 en contra y 63 abstenciones, la tarea no ha sido fácil.
Martin Oelz, un jurista del área de condiciones de trabajo de la OIT, explicó que las dificultades surgieron por tratarse de un tema nuevo, que tenía como protagonista a un sector de trabajadoras y trabajadores excluidos en muchos países de las legislaciones laborales por razones históricas y también culturales. Por tanto, ese escollo debía superarse y tomó su tiempo. Basta recordar que la OIT, gobernada por un régimen tripartito de gobiernos, sindicalistas y empleadores, comenzó a encargarse del asunto en 1965. Pero ahora, en un tiempo relativamente corto de dos años, se forjó el consenso, describió Oelz a IPS.
“En primer lugar, nos encontramos con que muchos de los negociadores no concebían al trabajo doméstico como un verdadero trabajo“, recordó. ”Pero pudimos apoyarnos en la experiencia de algunos países, como Sudáfrica, que inmediatamente después del fin del régimen de segregación racial del apartheid, en 1994, adoptó una legislación para proteger a las trabajadoras domésticas, explicó.
Con esos antecedentes se llegó finalmente al texto aprobado que reconoce a este grupo de trabajadoras la dignidad y el respeto que merece, apuntó. El convenio acepta que el trabajo doméstico continúa siendo infravalorado e invisible, es realizado principalmente por las mujeres y las niñas, en gran parte provenientes de la inmigración o de comunidades desfavorecidas.
Se trata de un sector particularmente vulnerable a la discriminación con respecto a las condiciones de empleo y de trabajo, como también a otros abusos de los derechos humanos, se indica en el texto del convenio.  En una estimación basada en datos obtenidos en 117 países, la OIT calculó que se eleva a por lo menos a 53 millones el número de mujeres, niñas y hombres ocupados en el trabajo doméstico en el mundo. Sin embargo, a causa de la forma oculta en que se realiza con frecuencia esta actividad, esa cifra puede crecer hasta 100 millones.
Somavia indicó que este nuevo convenio penetra hasta el corazón mismo de la economía informal, un sector donde el déficit del trabajo decente es más marcado. Y las trabajadoras domésticas no son una excepción, apuntó. Por ejemplo, se estima que para 56 por ciento de las trabajadoras domésticas no existe una legislación que establezca un límite al período semanal de labores que deben realizar y 45 por ciento carece del derecho a un día de descanso semanal.
El convenio obligará a los estados que lo ratifiquen, y que aún no incorporaron estas pautas a su legislación, a conceder a las trabajadoras domésticas los derechos a la libertad sindical y de asociación, así como el reconocimiento de la potestad de negociación colectiva. También deberán eliminar todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio, la discriminación en materia de empleo y ocupación, y abolir de manera efectiva el trabajo infantil.
Los estados velarán porque las trabajadoras domésticas sean informadas sobre las condiciones de empleo, de preferencia mediante contratos escritos que incluyan los nombres de empleador y empleados, el tipo de trabajo por realizar y la remuneración, el método de cálculo de la misma y la periodicidad de los pagos. En el contrato laboral constará, cuando proceda, el suministro de alimentos y de alojamiento, y las condiciones de repatriación, al igual que las vacaciones anuales pagadas y los períodos de descanso diarios y semanales.
El convenio establece que los estados miembros del tratado están obligados a establecer un mecanismo de inspección del trabajo, con medidas que especifiquen las condiciones en que “se podrá autorizar el acceso al hogar, con el debido respeto a la privacidad”. Al fin una victoria con el reconocimiento de las trabajadoras domésticas, exclamó Isabel García-Gill, otra experta de IDWN. Ahora les toca el trabajo doméstico a los gobiernos, con la ratificación y la aplicación del convenio, señaló a IPS.
Un solo gobierno, el de Swazilandia, votó en contra del proyecto de convenio, mientras que se abstuvieron los de República Checa, El Salvador, Gran Bretaña, Malasia, Panamá, Singapur, Sudán y Tailandia, se abstuvieron. Junto con el gobierno de Swazilandia, votaron en contra del convenio los representantes de los empleadores de 15 países. En tanto que el único delegado de los trabajadores que no votó a favor sino que se abstuvo fue el de Egipto.
Los gobiernos de Arabia Saudita, Bahrein, Bangladesh, Emiratos Árabes Unidos, India, Indonesia, Kuwait, Omán y Qatar objetaron el carácter vinculante del tratado durante las negociaciones, pero finalmente se sumaron a la mayoría que aprobó el texto. La secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Sharan Burrow, advirtió a la Conferencia que el movimiento obrero continuará denunciando las condiciones laborales de las trabajadoras domésticas inmigrantes en los países del Consejo de Cooperación del Golfo, en particular de Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Qatar.
Borrow, quien saludó la convención “como una gran victoria”, puntualizó que las trabajadoras domésticas inmigrantes en el Golfo Pérsico sufren opresión y violencia. Esas mujeres provienen principalmente de Bangladesh, Etiopia, Filipinas, India, Indonesia y Sri Lanka, detalló.

martes, 5 de abril de 2011

EN GINEBRA: COMPROMISO MEXICANO PARA AYUDAR A MIGRANTES

México se comprometió este martes a combatir el secuestro de migrantes, al cabo de dos jornadas de examen de la situación de la inmigración en dicho país ante el Comité de la ONU para la Protección de los Trabajadores Migrantes y sus Familias en Ginebra.
"Lo primero que tenemos que garantizar es el derecho a la vida, a la integridad de los migrantes, evitar que caigan en manos del crimen organizado, ahí esta todo el esfuerzo en materia de prevención y combate al secuestro de migrantes", resumió el comisionado mexicano para la Migración, Salvador Beltrán del Río Madrid, en declaraciones a la AFP.
"En los últimos años se ha agudizado el problema en la medida en que bandas organizadas, sobre todo vinculadas al narcotráfico, lo que hacen es secuestrar", evaluó Francisco Carrión Mena, Relator para México de este Comité compuesto por 14 expertos que vigilan el cumplimiento de la Convención internacional en la materia.
Los secuestros de migrantes podrían haber sido "11.333 en seis meses de 2010, pero quedaron muchos más que no se pusieron porque faltó rigor en la contabilidad", dijo a la AFP el presbítero José Alejandro Solalinde Guerra, del Episcopado Mexicano, coordinador de 52 albergues para migrantes de la Iglesia católica en ese país, presente en las deliberaciones de Ginebra.
"Los secuestros siguen en aumento y cada vez son más crueles y más violentos", al amparo de la corrupción reinante, afirma Solalinde Guerra, para quien "hay un fenómeno enorme de impunidad", que podría contar con la complicidad de la fuerza pública "en los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal".
Veinte millones de personas ingresan a México cada año, "es un flujo único en el mundo porque es un país de origen, de tránsito y de destino de la migración, frente al país más poderoso de la Tierra que atrae a medio mundo", explicó el ministro del Río, en referencia a la frontera con Estados Unidos.
El tráfico de indocumentados que quieren llegar a Estados Unidos genera al año unos 1.600 millones de dólares, una cifra mayor a los recursos que obtienen los carteles por el narcotráfico, dijo la semana pasada en México el coordinador de la Oficina Regional de la ONU contra las Drogas y el Delito, Antonio Maciteli.
Un investigador de Amnistía Internacional, Rupert Knox, presente en Ginebra, denunció los procedimientos de las bandas criminales y el calvario al que someten a los migrantes que caen en sus manos. "Los secuestran por extorsión, logran ubicar los números de teléfonos de sus familiares en Centroamérica, Sudamérica o en Estados Unidos y los obligan a pagar, y si no pagan (...) los torturan, los matan, los hacen desaparecer".
"De 2006 a 2010, la Procuraduría General de la República (PGR) solo abrió tres investigaciones de secuestros (...) se ve una falta de diligencia por parte de las autoridades (...) no son cómplices del acto pero lo son en el sentido de no implementar medidas eficaces para combatir esta situación", añadió.
Río Madrid, en su discurso ante el Comité, subrayó que "el gobierno de México no tolera la impunidad".
"Doce millones de mexicanos residen en Estados Unidos y anualmente se dirigen a ese país 500.000 connacionales y 150.000 personas, la mayoría de ellas centroamericanas en condición indocumentada", insistió.
La Convención internacional sobre migración ha sido ratificada por 44 Estados, pero podría recibir la adhesión de los 27 países de la Unión Europea, en virtud de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, adelantó a la AFP el presidente de este Comité, Abdelhamid El Jamri.
El próximo viernes, el Comité emitirá sus recomendaciones al gobierno de México, para que mejore el respeto de la Convención.