A Rafael Fraile, viejo marxista venezolano.
1. La secretaria de Estado del gobierno de EEUU, Hillary Clinton, manifestó ayer su preocupación por la creciente "insurgencia" de los cárteles de drogas en México y que éste país se asemeja cada vez más a la "Colombia de hace 20 años" y alertó que este problema se está extendiendo a Centroamérica. Dijo que "Los cárteles de droga (mexicanos) están mostrando cada vez más índices de insurgencia... esto se parece cada vez más a cómo era Colombia hace 20 años, cuando los narcotraficantes controlaban algunas partes del país… Afrontamos una creciente amenaza por parte de una bien organizada red de narcotráfico que en algunos casos está haciendo causa común con lo que podríamos considerar insurgencia en México y Centroamérica", insistió. La Clinton prefiere un nuevo repudio de los pueblos de América y el mundo a que México –su patio trasero- se convierta en un infierno dominado por la “narcoguerrilla”.
2. Nunca México, en los últimos 100 años –quizá con la excepción de la Guerra Cristera de 1926/29- ha estado tan cerca de un golpe de Estado y una invasión yanqui. El gobierno, los partidos, los empresarios, los medios de información, incluso algunos “intelectuales” y “periodistas” al servicio del poder, han sugerido la entrada a México del ejército yanqui. El discurso de la Clinton, secretaria de Estado de Obama, está midiendo la reacción de las “fuerzas vivas” de la nación. El presidente ilegítimo Calderón puede rechazar de palabra tal declaración, pero en la práctica la apoyaría con gusto, sobre todo si de apuntalar su gobierno se trata. ¿Qué ha sido la llamada “Iniciativa Mérida” (Plan México) –firmado en marzo de 2007- sino un efectivo acuerdo para que los yanquis intervengan cada vez más con tecnología, armas, dinero y con cursos especializados al ejército? La Clinton prepara medidas radicales.
3. “Narcoguerrilla” es un término que se puso de moda en Colombia a raíz del ataque del grupo armado M-19 al Palacio de Justicia, en Bogotá en 1984. Las especulaciones sobre una alianza entre la mafia de la cocaína y los grupos alzados en armas, aunque han crecido en los últimos días, no son nuevas. A comienzos de 1984, el entonces ministro de Defensa, general Matamoros, y el embajador de EEUU, Lewis Tambs, fueron los encargados de propagar un término que enlaza los dos fenómenos que conmovieron a Colombia en los años ochenta. "La narcoguerrilla, otro embuchado", tituló una importante revista colombiana: según el ejército existían evidencias de que los guerrilleros protegían el inmenso laboratorio incautado en medio de la selva colombiana. El acuerdo suponía que la guerrilla obtenía armas, y la mafia, protección. ¿Cuántas veces más los medios de información buscarán engañar a los pueblos?
4. En esa ocasión el grupo acusado fue las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la organización guerrillera más antigua del país, que entonces mantenía acuerdos de paz con el Gobierno. Pero los acusadores –como siempre sucede- no dieron pruebas concretas y todo se redujo a evidenciar que la guerrilla, al igual que lo hacían todos los ganaderos de la región, cobraba impuestos. En las reuniones internacionales que organiza cada año el PT, en las que he participado nueve años, he conocido a valerosos exguerrilleros como el venezolano Rafael Uzcátegui –hoy dirigente de la organización marxista “Patria para Todos”- así como a otros que con distintas posiciones o quizá “pretextos” dejaron esa forma de lucha armada renegando de ella. Sin embargo, las diferencias han sido políticas o de estrategia, de ninguna manera en que hayan sido penetradas por el narcotráfico.
5. Tengo la convicción que el discurso de la Clinton, además de ser una bárbara presión para el gobierno y empresarios mexicanos, representa un sondeo a nivel internacional para futuras acciones del departamento de Estado norteamericano. Los EEUU se están retirando de Irak para no seguir haciendo el ridículo en una derrota anunciada. Los grupos antiyanquis de Irak están a punto de recuperar el poder y Obama no quiere sufrir más vergüenzas; parece que lo mismo sucederá en Afganistán. ¿De qué vivirán los EEUU si no hace guerras, invade países, vende millones de armas, helicópteros y no saquea los recursos naturales de los países sojuzgados? Las declaraciones de la Clinton sobre México no son juego de palabras sino la advertencia y la amenaza abierta que los políticos mexicanos buscan tapar con un dedo. Además hace unos tres años que la “inteligencia” yanqui trabaja en ese camino y el gobierno de Calderón ha apoyado.
6. ¿Cuál será la estrategia militar que trazará el departamento de Estado, el Pentágono, el ejército y la CIA yanquis? ¿Buscarán crear como pretexto un autoataque –como el de las “Torres Gemelas” y muchos más- para iniciar una guerra civil, luego abierta, en México y Centroamérica? Como diría el dirigente Mao: “Una chispa revolucionaria puede prender la pradera”, pero en este caso son los yanquis los que buscan iniciar una guerra contrarrevolucionaria en América con el objetivo de destruir todos los focos de lucha de la región. Pero también el mismo Mao llamaba a “convertir la guerra reaccionaria de las clases dominantes en guerra revolucionaria de los trabajadores”. En México hay muchas experiencias el respecto en el largo siglo XIX y en el siglo XX. Los mexicanos han sido aparentemente muy sumisos a las clases poderosas pero cuando les “pican la cresta”, como sucedió en 1847, 1867, 1914, toman las armas para defenderse.
7. Así que a mi queridísimo camarada Fraile, que me escribe preocupado pidiéndome que “analice las causas del aletargamiento, la falta de fogosidad, la perdida de los niveles de fuerza, de protesta y de organización de la izquierda a nivel internacional, representada en las organizaciones políticas, tales como los partidos comunistas, partidos obreros, partidos “socialistas” y muchos más de ciertos matízales de izquierda”, sólo podré decirle que nuestros tiempos fueron otros, que teníamos estrategias de lucha que hoy mucho han cambiado pero que caminamos hacia la misma rebelión contra el imperio y el capitalismo mundial. Nos derrotan, pero volvemos a levantarnos; buscan eliminarnos para que ellos sigan oprimiendo al pueblo, pero logramos sobrevivir. Si el mundo no es destruido antes por una guerra nuclear y por la propia naturaleza que se defiende ante la terrible contaminación, las próximas generaciones destruirán la explotación y opresión para instalar la igualdad.
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