Un inmigrante mexicano deportado de Chicago luego de sufrir un accidente de trabajo que lo dejó cuadraplégico, murió en un hospital en México que carecía del equipo necesaio para tratar sus complicaciones.
Quelino Ojeda, originario de Oaxaca, trabajaba ilegalmente en Estados Unidos en la industria de la construcción hasta que sufrió una caída de un edificio que lo dejó paralizado del cuello hacia abajo.
En un principio, el mexicano fue atendido en el Advocate Christ Medical Center, pero luego que no pudo pagar el costo de la hospitalización fue deportado el 22 de diciembre de 2010 a un pequeño hospital en Oaxaca.
El nosocomio en el que era tratado no tenía las facilidades necesarias para su condición médica: El remplazo de los filtros de su respirador era muy costoso, por lo que únicamente le eran limpiados dos veces al día.
Después de sufrir dos paros cardiacos y un choque séptico, Quelino Ojeda fue trasladado a un hospital más grande en Juchitán, el 19 de diciembre de 2011, pero finalmente murió las primeras horas del 2012 por neumonía.
La muerte de Ojeda Jiménez ha desatado un debate sobre los derechos de los migrantes encabezada por el consulado mexicano en Chicago, cuyo encargado, Joaquín Pastrana, acudió a una misa realizada en esa ciudad junto con otros activistas.
Luego de la muerte del mexicano, el Advocate Health Center expresó su consternación por el manejo de este caso y anunció que trabajará con otros grupos para reexaminar sus políticas para la atención de pacientes internacionales. De acuerdo al Chicago Tribune,Ojeda habría declarado que tenía miedo de ser trasladado a México porque necesitaría de cosas que no tenían ahí, visión compartida por sus familiares y amigos tras su muerte. (Fuente: Animal Político)
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