Usted sale temprano a dejar a sus hijos a la escuela y de pronto sale un automóvil a muy alta velocidad y se impacta contra el suyo, provocándole lesiones leves a usted y graves a sus pequeños, la persona que conduce, inmediatamente se da a la fuga; testigos oculares identifican el auto del infractor, digamos que es un compacto blanco (de la marca o línea de su preferencia) con vidrios polarizados y sin laminas de identificación. Acto seguido usted mediante su celular llama a la policía para que detengan al responsable; al proporcionar los datos necesarios para la persecución solo existe la misma información; auto blanco compacto sin láminas de identificación; pasan los días y las semanas y nadie da con el tipo que debe pagar por su imprudencia o falta de diligencia a la hora de conducir.
Su auto, sus lesiones, las de los niños; les recuerdan la falta que fue grave y además quedó impune.
Tal vez suene muy dramático o extremista, pero como el ejemplo anterior a diario suceden cientos de accidentes que por determinada circunstancia terminan en la nada jurídica y solo abultando los archiveros de las direcciones u oficinas que atienden los asuntos viales en los diversos municipios de nuestro estado.
Especialmente en estas fechas me pregunto: por qué pagar por circular por las calles en un automóvil? Por qué pagar por tenerlo? por qué pagar cada año?. La situación comentada al inicio del presente es una posible respuesta para estas interrogantes.
Pagar deudas duele y mucho, pagar impuestos duele aún mas; con mucho esfuerzo nos ganamos nuestro salario como para tener que entregar gran parte de él; pero así es la cosa pública, queremos seguridad, queremos alumbrado público, queremos calles limpias, semáforos funcionando, escuelas bonitas, y así un sin número de beneficios que esperamos que estén allí siempre pero no nos gusta interesarnos como es que se paga todo eso.
Por ello que entre otras contribuciones la tenencia; por razones de seguridad la autoridad competente nos debe presionar para cumplir, para que todos portemos las placas, para que cualquier carro sea identificable, para que nadie se salga con la suya.
Aún así, la decisión es personal, no pagar la tenencia implica ahorrarse unos miles de pesos muy necesarios, pero el costo será aun más alto al final del día.
El pagar tenencia deja un registro de identificación, de comprobante de domicilio, entre algunos otros; y entre menos actos anónimos tengamos en nuestras calles, más fácil será la tarea del ejército, la policía, la marina y todas esas corporaciones que nos ayudan a llegar a casa cada día entre muchos obstáculos y riesgos modernos que nos amenazan; así la autoridad ya no estará enfrentando fantasmas.
A cada Derecho hay una Obligación y viceversa; si pagamos este tipo de obligaciones adquirimos también muchos Derechos, el principal de ellos; exigir que se ejerza nuestro dinero de la manera que mejor beneficie a nuestra sociedad. (Nuestra Revista)
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