La semana pasada, sólo dos días antes de la conferencia para dar a conocer los resultados sobre la investigación de la muerte de Paulette Gevara, había tres resultados diferentes: La primera versión fue titulada: “Accidente”; la segunda: “Los padres sabían, pero sin consignarlos”, y la tercera: “Consignar a los padres por homicidio culposo”.
El Economista cuenta con una copia de las tres “versiones” sobre las que el equipo del gobierno mexiquense decidió cuál era la mejor; fue la primera, como se sabe ahora, pero lo que no se hizo público ese viernes es que la conclusión de la versión tres, la cual concluye que había indición para consignar a los padres por homicidio culposo.
El procurador Alberto Bazbaz tuvo acceso a estas tres versiones y aceptó dar a conocer la primera. La coincidencia de las tres es que fue muerte accidental; sin embargo, en la segunda y en la tercera hablan de las contradicciones de la pareja Gebara Farah y de “indicios” con los que cuenta la PGJEM para demostrar que ambos sabían de la muerte y ubicación del cuerpo de la menor, temas que fueron omitidos en la primera versión.
El gobernador Enrique Peña Nieto puso como fecha el 21 de mayo por la tarde para que el Procurador hiciera públicos los resultados. Bazbaz Sacal hizo el anunció a las 11:30 de la mañana a los medios de comunicación y tan sólo en 10 minutos leyó la versión 1: “Accidente’’.
La redacción de las tres opciones, que constan de cuatro cuartillas y media, son similares. Sólo cambian en la determinación jurídica que asumió el Procurador mexiquense, donde dijo que no admitiría en este caso que calificó como una “tragedia humana” la existencia de injusticia e impunidad.
Ventilar que los padres sabían sin consignarlos
Luego de detallar el tipo de pruebas periciales, forenses y criminalísticas realizadas por la Procuraduría General de la República (PGR), la agencia estadounidense Federal Bureau Investigation (FBI), la de España y especialistas mexicanos, en esta versión establece: cuentan con indicios para demostrar que los padres conocían de la muerte y ubicación del cuerpo de la menor “dando parte a las autoridades de su presunta desaparición por miedo a ser consignados por el delito de homicidio culposo.
“Esto nos explica las diversas contradicciones y actitudes de los involucrados, mismas que nos llevaron a seguir distintas líneas de investigación, todas ellas construidas conforme con las evidencias y con estricto apego a derecho”.
Y se asumía la decisión de acuerdo con el artículo 9, fracción IX, inciso “C” de la Ley Orgánica de la Procuraduría del Estado de México que “permite no consignar cuando tratándose de un delito culposo haya sufrido (el imputado) un daño de carácter moral de difícil superación”, indica el documento.
Consignar a los padres por homicidio culposo
Esta versión detalla que los dictámenes de la PGJ del Estado de México son apegados a la verdad histórica. “Esto último en “lo personal me deja muy tranquilo, ya que con base en la investigación científica de PGR y FBI, se confirma que el accionar de esta institución y de las personas involucradas en el caso Paulette fue profesional, técnico y con apego a derecho”.
Y agrega que “además” de las conclusiones que sobre el caso entregó la PGR y el FBI, “la PGJE cuenta con indicios para demostrar que los padres, ambos, conocían de la muerte y la ubicación del cuerpo de la menor y lo ocultaron, dando parte a las autoridades de su presunta desaparición por miedo a ser consignados por el delito de homicidio culposo”.
“A partir de estos hechos, hemos decidido actuar conforme con derecho y cumplimentar una orden de aprehensión en contra de Lissette Farah y Mauricio Gebara por homicidio culposo”. Ésas fueron las partes que se “cocinaron”, pero sólo una fue concluyente, la del accidente.
Crédito: Rubén Torres/El Economista
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