BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO

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lunes, 5 de septiembre de 2011

DE LUDOPATIAS Y MUERTES


Orestes Gómez Rodríguez

“Algo que ciertamente no se nombra /con la palabra azar, rige estas cosas/; otro ya recibió en otras borrosas/ tardes los muchos libros y la sombra”. El maestro Borges derivaba cierta proclividad al azar como fundamento o motivación en este transcurso que es la vida, en un intento por retirar al destino de su hegemonía en el mundo.

Los casinos en México existen desde finales de los años veinte del pasado siglo, auspiciados y controlados desde la estructura gubernamental.

Plutarco Elías Calles, principal beneficiario de los garitos del juego y la apuesta, no solamente autorizó su establecimiento, sino creó la plataforma para que la Baja California fuera zona franca de tugurios, casinos y prostíbulos a los que acudía la soldadesca gringa, eso hasta que el general Cárdenas los expulsó del país y expropiara el excelente negocio.

Miguel Alemán establece posteriormente la Ley de Juegos y Sorteos, prohibiendo los juegos de azar, pero otorgando a la Secretaría de Gobernación la facultad de otorgar permisos para su realización controlada. Es decir, sí podían existir establecimientos, pero previo trámite y “reporte” de ganancias.

El famoso Frontón México y el Casino Español, fueron muestras claras de centros de apuesta y negocio, anotando que el primero tiene permiso de duración ilimitada. (¿De a cuánto sería el moche?).

Ignoro si motivada por la tragedia del Royale de M México y Comercial de Juegos, a quienes se les otorgó patente por tiempo ilimitado.

Otra modalidad en el permiso es la posibilidadcial de la “situación de permisos”, de la que se obtienen datos muy significativos para llegar a deducciones y juicios.

De acuerdo con el reporte, existen en México 561 establecimientos dedicados al juego en sus diversas modalidades a saber: casinos, frontones, galgódromos, casas de apuestas e hipódromos. Las entidades con mayor número de establecimientos son: DF, con 36; Baja California, con 31, y Nuevo León, con 30 y, las de menor número son: Coahuila, con 7; Tamaulipas, con 2, Nayarit, una, y Zacatecas y Oaxaca con cero.

Refiriéndonos a los regímenes que otorgaron permisos a Casinos, se menciona que en el periodo comprendido entre 1953 y 2000 fueron otorgados 19 de éstos, que se traducen en 343 establecimientos y, de 2000 a 2011, 8 permisos con 218 establecimientos, aclarando el estudio que en este sexenio se autorizó sólo una licencia, pero para 135 establecimientos.

Cabe decir que una licencia otorgada puede incluir un sinnúmero de establecimientos o locales y que la mayoría de las generadas de 1958 a la fecha, tienen una validez de 25 años, a excepción del Frontónclados entre la clientela, se pueden encontrar jugadores profesionales, turistas, ludópatas y una nueva especie que son las señoras de los martes.

En Monterrey, por ejemplo, de cinco años a la fecha, se presenta el fenómeno a solicitó un permiso para 10 establecimientos, Megasport para 14 y Océano para 11 entre 1988 y 1994, pero en otros casos como el Hipódromo Agua Caliente (de Hank Rhon) originalmente le fueron autorizados 22 establecimientos en 1975 y después durante el régimen de López Portillo cambió el permiso con establecimientos ilimitados. (Haya cosa, diría doña Lupe).

La Secretaría menciona que a la par de estos lupanares, existen 60 establecimientos irregulares que operan por diversas circunstancias: unos porque tienen protección de tribunales de lo contencioso, otros amparados y los más por una figura administrativa denominada exención regulatoria.

Creados originalmente con el propósito de atraer turismo a la frontera norte del país, estos negocios fueron reproduciéndose rápidamente por entre el ramificado cáncer que invade a ciertas autoridades, que se llama corrupción y de la cual no ha resultado aun remedio. Hoy existen más casinos en México, que centros de investigación, por ejemplo.
Mezclados entre la clientela, se pueden encontrar jugadores profesionales, turistas, ludópatas y una nueva especie que son las señoras de los martes.

En Monterrey, por ejemplo, de cinco años a la fecha, se presenta el fenómeno social del esparcimiento para la edad dorada, que consiste en el ejercicio por medio del cual un grupo de “amiguitas” (como las llamaba mi madre) acuden los martes por la tarde a los casinos, entre las 16:00 a 21:00 horas. Las primeras dos transcurren entre la plática y el café, siendo el resto ocupado en el juego del Bingo, con una inversión promedio de 150.00 pesos por ocasión (con posibilidades de ganar en juego), opción más entretenida y económica que ir a un Vip’s o Martin’s a devorar café y prójimo por un par de horas.

La tragedia de Monterrey, merecedora del mayor respeto, exige por ello la inmediata investigación de los criminales hechos, llegando a los autores intelectuales, a los jueces que levanten clausuras, a los funcionarios que extorsionan, a los dueños y a las autoridades que otorgaron las licencias.

La tumba de los corruptos e ineptos fue escarbándose en la misma tarde del 25 de agosto y espera pronto, pero muy pronto por ellos.

Por si no bastara con uno, fueron necesarios 53 cadáveres para despertar a los irresponsables funcionarios y cinco horas para que reaccionara el inmaduro gobernante.

En el eco la voz de Neruda se oye, que grita: “Y con el corazón entero iría la unidad de sus palabras: fue cuando ibas, pueblo, a cantar una vieja canción con lágrimas, con esperanza y con dolores: vino la mano del verdugo y empapó de sangre la plaza”.

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