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martes, 24 de agosto de 2010

¿NEGOCIO, CULTURA O DEGRADACIÓN?


La mexicana Jimena Navarrete Rosete, de 22 años y 1,74 de estatura, pasó a ser, en cuestión de horas, el tercer nombre más buscado en Google y el tema más comentado en la red social Twitter. Su hazaña: haberse coronado el lunes por la noche Miss Universo 2010.
De un día para otro, esta joven que abandonó sus estudios de nutrición para dedicarse a la carrera de modelaje pasó de cerca de 4.000 seguidores en su cuenta de Facebook a contar con más de 25.000 aficionados.
Su coronación celebrada en Las Vegas fue transmitida por NBC, una de las mayores cadenas de televisión en Estados Unidos, y por Telemundo, la emisora estadounidense para la comunidad hispana de ese país. Esto sin contar la retransmisión de la ceremonia en varios países del mundo.
La proyección internacional que acaba de tener Navarrete era el sueño de otras 85 jóvenes aspirantes a ser la más bella del planeta.
Todas han mostrado sus cuerpos en bikinis, trajes típicos y vestidos de gala, encima de tacones de infarto y sin abandonar sus sonrisas. Todas tenían que demostrar que además de ser hermosas eran inteligentes. Una rutina que se repite año tras año desde que a mediados del siglo pasado se celebró por primera vez este concurso.
Pero el bosnio Tarik Kaljanac no ha tenido la misma proyección, a pesar de haber mostrado su cuerpo en el concurso Míster Universo 2010. ¿Por qué Miss Universo sí y Míster Universo no? ¿Cómo se justifica la popularidad de este certamen frente a los avances de los derechos femeninos?

Culto a la mujer

El culto a la mujer, que tiene siglos de historia, puede ser una de las razones por la que los concursos de belleza femeninos continúen siendo tan seguidos.
"Para mí es una celebración de la belleza, más que una celebración es una subcultura", le dice a BBC Mundo Héctor Joaquín Colón, blogger experto en este tipo de certámenes.
No obstante, la feminista colombiana Magdalena León considera que el motivo cultural que puede estar detrás de estos eventos es "muy secundario". Para ella, es el dinero lo que mantiene vigentes los Miss Universo, Miss Mundo, Miss Venezuela, Miss Colombia o Nuestra Belleza de México.
"(Estos concursos) han existido y seguirán existiendo mientras las sociedades y el consumo los muevan en la manera en que los mueven", le comenta León a BBC Mundo.

Publicidad, la que sea

Héctor Colón recuerda que es el multimillonario Donald Trump quien está detrás de Miss Universo. "Este caballero tiene una mentalidad de publicidad y quiere que siempre la haya, sea buena o mala".
La representante por Estados Unidos de origen árabe, Rima Fakih, fue protagonista de varias polémicas, por haber posado en topless y por haber comentado que estaba en contra de la construcción del centro islámico en la Zona Cero de Nueva York.
También se la relacionó con un grupo extremista islámico, acusación que ella negó.
Por su parte, el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos, destaca que este año el concurso ha generado más atención en la prensa estadounidense que en el pasado.
"En parte porque ha sido expuesto como un evento para promocionar la ciudad, una de las más golpeadas por la crisis económica".
Chirinos afirma que la transmisión en horario estelar por NBC es un indicativo del grado de exposición que han querido darle los organizadores del evento en un país que sigue con fanatismo los concursos de belleza.

¿Mujer actual?

Sin embargo, a pesar de la emancipación de la mujer y la lucha por la igualdad de los sexos, muchas jóvenes siguen soñando desde pequeñas con ocupar un día el puesto de Jimena Navarrete.
"Es un atajo a tener una carrera en la televisión, cine o cualquier otro medio. Hoy todas quieren tener un programa en la tele, o quieren ser actrices o cantantes", comenta Colón.
Alicia Machado, Miss Universo 1996, es actriz de telenovelas. La mexicana Lupita Jones, coronada cinco años antes, es la organizadora de Nuestra Belleza de México.
Pero quizás la que haya llegado más alto fue la venezolana Irene Sáenz, Miss Universo 1981, quien fue alcalde de un municipio de Caracas, gobernadora del estado Nueva Esparta y hasta candidata a la presidencia de Venezuela.
Para la Organización Miss España, estos concursos se mantienen vigentes porque lo que busca es a "una representante de la mujer actual". "Una mujer bella, pero además que pueda representar la cultura de un país, que esté preparada académicamente y que tenga los valores morales necesarios para cumplir con muchas de sus funciones", le escribe a BBC Mundo.
"Estos eventos no tienen ninguna proyección que signifique más poder para las mujeres", apunta León, quien no duda en calificar de "degradante" los concursos de belleza donde "exhiben a la mujeres como vacas en un corral".
Colón considera que la clave de estos certámenes es lo que tanto organizadores como participantes pueden obtener después. Muchas logran fama internacional, otras terminan en el "famoseo" local o internacional y hay otras, como Miss Australia 2007, están en busca de trabajo. (Gabriela Torres, BBC Mundo).

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