“Prefiero morir de pie antes que vivir arrodillado” es la frase del guerrillero Ernesto “Che” Guevara retomada por la activista y politóloga transexual, Irina Layevska Echeverría, para definir su vida. Ella misma fue por muchos años un hombre revolucionario que realizó actividades en Nicaragua, El Salvador y Cuba.
Después de conocer a Layevska –antigua militante del extinto Partido Socialista Unificado de México-, en una emisión del programa El Rotativo de Canal 22, en la que denunciaba la constante violencia y discriminación de la que eran víctimas ella y su esposa Nélida por parte de sus vecinos, la conductora, Jacaranda Correa, se acercó a la luchadora social que en aquel momento era un hombre que vivía un proceso de transformación de género.
Así, Correa inició un proceso de acercamiento con Irina y Nélida por más de dos años, tiempo en el que se percató de la lucha diaria que ambas sostienen para poder ser y las adversidades que en determinados momentos deben superar. A partir de esta experiencia la conductora de televisión consideró necesario realizar un documental al respecto.
De esta manera surgió “Morir de pie”, ópera prima en la que Jacaranda Correa evitó enarbolar una bandera en específico a cambio de “defender el derecho fundamental de cualquier persona para pensar, actuar y hacer con su cuerpo lo que se desee”.
A su vez, este reto, provocó que Correa se alejara del reportaje televisivo de denuncia para aterrizar con un lenguaje cinematográfico en una “historia universal” que refleja la posibilidad de la convivencia de las diversidades.
En entrevista, Correa confesó “cierto miedo” al momento de realizar el documental debido a una experiencia anterior, en la que hizo un reportaje televisivo para explicar la “transgenereidad”, pero se percató que el público asociaba a las personas transgénero con travestis y homosexuales, por lo que, consideró, el mensaje no había sido claro.
Sin embargo, la también periodista consideró necesario contar esta “historia de amor que nos pone al filo de nuestros prejuicios” debido a que es una gran lección de humanidad en la cual se puede observar la lucha política, social, cultural y espiritual sostenida por Irina y Nélida para ser ellas mismas.
“Morir de pie”, galardonado como mejor largometraje documental en la 26 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
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