Salvador Mejía
Cuando una persona se entera que mi área de práctica se relaciona con la prevención de lavado de dinero surge un chiste recurrente: “oye, pero yo no lavo dinero…”
Sistemáticamente me limité a sonreír condescendientemente hasta que, como un método de exploración, decidí contraatacar. Recientemente conocí durante la presentación de un libro a una empresaria que se dedica a importación de Té, una vez escuchado el eterno chiste le reviré preguntándole que sabia del tema y ante el reconocimiento de su ignorancia comencé a puntualizar, de bote pronto, los posibles escenarios bajo los cuales su empresa podía ser utilizada por la delincuencia para lavar dinero sin conocimiento de ella, por la sencilla razón de que nadie había tenido el detalle de explicarle a la empresaria de que se trata todo esto.
Terminada mi exposición la empresaria me agradeció y prometió poner atención a los puntos que platicamos; espero que lo haga.
Esta situación me lleva a confirmar tres ideas:
1. Los órganos de comunicación de los Gobiernos Federales y Estatales han sido omisos en informar a la población que es el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.
2. La población al no tener información sobre el tema se ve imposibilitada para implementar medidas que le permitan proteger tanto su patrimonio como su seguridad jurídica y, de igual manera, no puede colaborar adecuadamente con las Dependencias gubernamentales.
3. Un programa funcional de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo tiene como punto de inicio el brindar entrenamiento no solo a las personas directamente involucradas en el tema sino a la población en general.
En días pasados fue aprobada por el Senado de México la Ley Federal para la Prevención e identificación de operaciones con recursos de procedencia ilícita y de financiamiento al terrorismo, misma que deberá ser aprobada a su vez por la Cámara de Diputados, la cual no solo busca prevenir y combatir el lavado de dinero mediante la imposición de severas penas a personas y empresas que auxilien a la delincuencia en este proceso, sino que además impondrá complicados protocolos que los particulares deberán implementar en sus operaciones como la ejecución de procesos de due dilligence y cross-reference de sus clientes, proveedores e intermediarios contra las listas negras globales.
Esta Ley posee hasta este punto una grave carencia: no contempla una campaña de concientización para el público, como sea, los grandes corporativos muy a su pesar contratarán expertos que les ayuden a cumplir con las obligaciones y a protegerse pero, una vez más, quedará a la deriva los pequeños empresarios. ¿Si las personas no conocen a lo que se enfrentan como espera el Estado que estén preparadas? A ratos esto resulta absolutamente ilógico.
¿El Estado será consciente de que una empresa que no conoce el nivel de riesgo que enfrenta estará incapacitada para implementar procesos adecuados de prevención de lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y cumplimiento normativo?
¿El Estado tendrá contemplado de que una empresa puede poner en riesgo la operatividad del negocio si intenta implementar protocolos ajenos a sus necesidades y que esto las puede llevar a quebrar? La realidad es que no existe un programa de capacitación por parte del Estado, no veo una colaboración real con cámaras empresariales, gremios o campañas masivas de concientización.
Los gobiernos Federal y Estatales están obligados a lanzar campañas de información dirigidas a todos los niveles de la economía; hemos dicho en numerosas ocasiones que debemos de replicar, en la medida de lo posible, los protocolos existentes en el sector financiero, caso concreto no solo la capacitación anual que forzosamente deben recibir los empleados de las instituciones financieras, sino también el esfuerzo que las áreas de Cumplimiento hacen todos los días para lograr que la cultura del cumplimiento permee al interior de la entidad.
¿Qué tiene de diferente un programa para informar a la sociedad sobre los peligros de la obesidad, el bullying, el uso inadecuado del crédito con un programa sobre la prevención de lavado de dinero? hace un poco más de dos años el Gobierno Federal lanzó una breve campaña publicitaria por radio para concientizar a la población sobre el lavado de dinero, duró poco y no volvió a repetirse.
Si los gobiernos no lanzan campañas permanentes para generar conciencia en la sociedad sobre los graves riesgos que vienen aparejados con el lavado de dinero terminarán pagando justos por pecadores y, sinceramente, no creo que el sistema pueda soportarlo.
Fuente: México Bajo Fuego
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