BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO

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jueves, 9 de junio de 2011

LA CARAVANA DE LA PAZ EN COAHUILA

SALTILLO._ "Quiero decirles que la presencia de ustedes, la Caravana del Consuelo, Caravana de la paz, con justicia y dignidad, nos llena y nos levanta la esperanza. Coahuila es un estado con un grande sufrimiento desde hace mucho rato.
En el tramo que he recorrido de mi lugar a este micrófono, me he informado que fue agredido un centro de recuperación de personas con adicciones en donde fueron asesinados 11 jóvenes y hay un número indeterminado de heridos. Ese es el panorama de nuestro País, ese es el panorama de nuestro estado.
Pero de ninguna manera nos arrancarán esos hechos terribles de nuestro corazón el proyecto verdadero de sociedad al que nosotros le apostamos y queremos construir."
Así inició su intervención el Obispo de Saltillo, Raúl Vera López, al recibir a la Caravana del Consuelo.
El pastor agregó: "Esta caravana es una valiosísima aportación a la conciencia social y política de las mexicanas y mexicanos porque está señalando el mal estructural, porque está señalando que toda esta multiplicación de crímenes y violencia, de impunidad que vivimos, obedece a una estructuración del estado que tiene en su interior una perversión".
Vera López se expresó ante un público reunido en el Colegio Lassalle de la ciudad de Saltillo.
En su cuarto día de travesía, los caravaneros llegaron a esta ciudad después de viajar ocho horas desde la ciudad de Durango a bordo de 15 camiones y 22 automóviles. A las 18.35 horas, a las puertas de la ciudad, fueron recibidos por pequeños grupos de personas que portaban cartulinas en las que se leía: "Saltillo apoya a la Caravana", "No más sangre". En uno de esos contingentes se encontraba el obispo, vistiendo su indumentaria de color blanco. 

A las 18.40 horas los miembros de la caravana entraron al auditorio del colegio lassallista, en donde eran esperados por aproximadamente trescientas personas. Como ya es el formato de los actos de la caravana, los primeros en intervenir fueron los familiares de las víctimas de la violencia social o de la "guerra contra la delincuencia organizada".
En esta ocasión tomaron la palabra familiares de los mineros de Pasta de Conchos, un migrante procedente de Honduras y la madre de Elisa Loyo, mujer asesinada en su lugar de trabajo.
Un joven coahuilense narró los mecanismos de cooptación de la delincuencia organizada hacia los niños y jóvenes de este estado, consistentes en el ofrecimiento de dinero, joyas y droga. "Hay mucho miedo en las colonias, se siente en el ambiente" declaró el joven orador.
En este evento fue significativa la participación de una mujer reportera del estado de Coahuila, la cual hizo una descripción de la situación que priva en esa entidad en lo referente a la violencia hacia los periodistas y a los medios de comunicación. Narró el secuestro y asesinato del periodista Valentín Valdés el año pasado, en Saltillo, hecho que fue tomado como una amenaza para silenciar el periodismo.
"Con este hecho, varios periodistas nos dimos cuenta del alto riesgo que tiene nuestra profesión y a pesar de ello, ni las autoridades ni directivos de los medios nos brindan las condiciones de seguridad en nuestro trabajo", declaró la oradora.
Agregó que con Valentín fueron doce los reporteros asesinados en 2010, uno en 2009 y dos en 2011, y que varios reporteros han sido víctimas de secuestro express y después puestos en libertad.
El panorama es más sombrío cuando se agregan al recuento las agresiones a las instalaciones de los medios de comunicación, los cuales reciben amenazas telefónicas para que no publiquen notas informativas referentes a la delincuencia organizada. De acuerdo a los datos de la reportera, el 18 de agosto del 2009 se dio un ataque a las instalaciones de El Siglo de Torreón, y el último fue el domingo 29 de mayo del 2011, alrededor de las once de la noche, un grupo de personas lanzaron una granada contra los diarios Vanguardia y Guardián, ambos de Saltillo.
"Los medios de comunicación se unen a este grito de paz y justicia porque también somos las víctimas de esta guerra", concluyó.
En su intervención, el poeta Sicilia expuso que los 40 mil muertos y 10 mil desaparecidos son cifras que nada dicen si esas familias no cuentan sus relatos y muestran su dolor. "A lo largo de la Caravana del Consuelo, esos sufrimientos nos han acompañado y hablan del desprecio que nos tienen los criminales y una buena parte de la clase política que busca mantener sus privilegios.
Aseguró que a lo largo de esta Caravana se han ido sumando reclamos de padres, hijos, hermanas, de hombres y mujeres cuyos familiares han sido asesinados, torturados, violadas, levantadas, mutilados, humillados, acribillados, de forma que esta nación ya no puede soportar. Y agregó: "Frente a esto nuestra dignidad dice no".
"Sabemos que en medio de la oscuridad que nos rodea, este es un momento de luz, esa luz, si nos mantenemos unidos, terminará por iluminar las sombras y hará que la paz y la justicia se pongan por encima de los criminales, de la clase política, de los partidos. Esa paz y esa justicia que nos deben, y que nos debemos. Mil gracias Saltillo", dijo el poeta.
Este evento concluyó a escasos setenta minutos de la llegada de los caravaneros, los cuales partieron inmediatamente hacia la ciudad de Monterrey para continuar su viaje.
A las 21.30 horas La Caravana arribó a La Plaza del Colegio, en la ciudad regia. Ahí les esperaba un numeroso contingente de personas que empezó a llegar desde las 18 horas y aguantó para escuchar el mensaje de los caravaneros.
El evento fue un foro en donde los sobrevivientes de la violencia estatal y de la delincuencia organizada expusieron sus dolores y las injusticias y vejaciones a que han sido sometidos ellos y sus familias.
Una mujer expuso con su dolor y llanto la tragedia de su hijo Julio Alberto, el cual fue desaparecido al venir de vacaciones a esta ciudad. Doña Inés habló del secuestro de sus dos hijos y afirmó: "estoy sufriendo mucho por esos niños". La señora Laura, del municipio de San Nicolás de los Garza, narró que hace tres años se llevaron a su hijo, policía de profesión, dejando a una esposa y a un hijo de cinco años. Un madre narra que su hijo Jorge Martínez, de 26 años de edad y originario de Santa Catarina, lo detuvo la policía en el 2010 acusándolo de narcomenudista y fue entregado a la Marina, días después su cuerpo fue encontrado sin vida abandonado en un solar.
Una mujer morena y de estatura bajita dice ante un público conmovido: "sufrimos en mi casa un ataque de una banda, se llevaron a mi hijo que estudia Filosofía en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Vengo aquí con mucho miedo, pero con mucha esperanza".
Y así siguen los relatos. Los muertos, las asesinadas, las desaparecidas, los secuestrados, todos ellos empiezan a tener nombre, rostro, profesión, dejan de ser números, dejan de ser "daños colaterales" para convertirse en personas, en hombres, mujeres, niñas y niños que duele su ausencia entre sus familiares, entre los que hablan, y entre los que escuchamos.
Habla el padre de Gabriela Pineda, asesinada el 5 de abril de este año, y dice: "Yo solamente le voy a regalar un pequeño botón al señor Sicilia, para que cuando lo traiga puesto se recuerde que trae un ángel cuidándolo".
Y así pasan las horas. Habla el padre de El Vaquero Galáctico, joven secuestrado por las patrullas 534, 538, y 540 de Monterrey. El hombre cuenta sus dolores, sus caminares pidiendo y ahora exigiendo justicia "porque ya estoy hasta la madre" y lo mucho que extraña a su hijo. Igual sucede con el padre de Otilio Cantú, muchacho acribillado a balazos por los cuerpos especiales de la policía, la cual falseó el acta de defunción del joven. Olga Reyes narra el asesinato de sus seis familiares y Julián Le Barón afirma que "con cada ciudadano, con cada tragedia, me queda más claro que los mexicanos somos ignorantes y pobres" y agrega "Javier Sicilia es tan fuerte que es capaz de llorar en público, es capaz de abrazar a los niños y a las mujeres con cariño y amor".
Muchos testimonios, tantos como los de la noche anterior en la ciudad de Durango y tan conmovedores, terribles y horribles.
Para finalizar, el poeta Sicilia toma la palabra.
"Muchas de estas muertes se deben al gobierno de Felipe Calderón", afirma y agrega la crítica a la clase política mexicana: "Nos hemos enterado que el Senado ha paralizado de facto la reforma política. Esa es una cosa tremendamente grave, y les exigimos, ¡no la detengan!, ahí está lo que estamos reclamando, los candidatos ciudadanos, el plebiscito, el voto blanco, la abolición del fuero".
Y el poeta aclara: "Si no tenemos estas libertades, van a ir a las elecciones de la ignominia, porque van a ganar para administrar la desgracia de este país. Les exigimos que no sean indolentes, que no sigan insistiendo en su ceguera de protección de sus privilegios y divorciándose de la voluntad ciudadana donde reposa la soberanía de la Nación.
Para cerrar el mitin, y en un acto de resistencia civil, invita a todos los participantes a acompañar a los familiares de las víctimas a las instalaciones de la Procuraduría estatal a presentar una serie de exigencias a las autoridades.
A las 23.30 horas del martes 7, el acto termina. Hay comentarios sobre el número de asistentes, algunos piensan que fueron mil 500, otros mil, otros 800. La destacada luchadora social afirma "Lo que sí, hace mucho que no se logra una cantidad de asistentes como hoy, esto ha sido un éxito", en eso todos coinciden.
Es entonces cuando La Caravana del Consuelo, con decenas de asistentes al mitin, camina por las calles de la avenida Benito Juárez de la ciudad de Monterrey. Cientos de jóvenes van cantando, bailando, pidiendo con alegría que se pare esta guerra que está dejando tantos muertos entre los mexicanos.
Y el llanto que unos minutos corría por las mejillas de muchos de los caravaneros ante los relatos de los sobrevivientes de la "Guerra contra la delincuencia", ahora es sustituido por el baile en las escalinatas de la Procuraduría estatal. Y ahí permanecen hasta las 2.15 de la madrugada del miércoles 8 de junio, cuando Emilio Álvarez Icaza les informa de los resultados de la reunión con las autoridades.
De ahí todos parten para la escuela primaria Bernardo Alfonso Grousset, en el municipio de Santa Catarina, a dormir un poco, porque en unas horas la caravana emprenderá la travesía hacia la ciudad de Torreón para luego proseguir hasta Chihuahua, un viaje calculado entre 13 y 14 horas. Así es este periplo.



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