EN SABINAS; DESPROTECCIÓN, IMPUNIDAD Y COMPLICIDAD, CAUSAS DE LA TRAGEDIA
· En su afán de servir a los patrones permiten explotación infantil e inseguridad
· Toleran las peores prácticas empresariales, aún a costa de la vida de los trabajadores
La explosión en la mina carbonífera de Sabinas, Coahuila, es un nuevo crimen industrial cuya responsabilidad cargarán siempre en sus hombros Felipe Calderón y Javier Lozano, quienes en su obsesión por servir a los empresarios permiten la voracidad de éstos, aún a costa de la vida de las y los trabajadores mexicanos, especial y reiteradamente de los mineros. Confirma también las condiciones infrahumanas en que laboran millones personas, en las que se combinan total inseguridad, insalubridad, sobreexplotación y uso ilegal de mano de obra infantil.
La muerte de los mineros en Sabinas y, anteriormente, en Pasta de Conchos, también en Coahuila, son consecuencia de la grave desprotección en que se encuentran las y los trabajadores mexicanos, pero sobre todo de la impunidad que gozan los patrones. A cinco años de la tragedia en Pasta de Conchos, no ha sido castigado ningún responsable y Grupo México sigue operando con la tolerancia cómplice del gobierno mexicano. No conformes con eso, quieren profundizar la explotación con una reforma laboral a modo para los patrones
Esa tolerancia se demuestra con la nula inspección de las condiciones de seguridad en que trabajaban los mineros de la carbonífera de Sabinas; ese pozo se explotaba con tecnología rudimentaria, hace muchos años superada. Sin embargo, aquí, en México, el gobierno consiente la labor en esas circunstancias.
La explosión que dejó cinco trabajadores muertos, a un menor de 15 años con los dos brazos amputados y a nueve más sepultados no puede quedar impune, como ha sucedido hasta ahora con el Grupo México. Esa impunidad es la que propicia este tipo de hechos.
Estos hechos confirman también la validez y certeza de la condena emitida por el Tribunal Internacional de Libertad Sindical —reunido en México del 28 al 30 de abril pasado—, contra el gobierno mexicano, a quien encontró responsable de abandonar su función constitucional de proteger el bienestar y el trabajo digno de las y los mexicanos.
Responsabilizamos directamente a Felipe Calderón y su secretario del Trabajo, Javier Lozano de la tragedia en la carbonífera de Sabinas. Nada que puedan hacer ahora les podrá quitarse ese peso histórico. Exigimos que sean castigados los culpables de este crimen industrial: funcionarios federales o locales, empresarios y quienes hayan permitido la operación de esa empresa. (CILAS)
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