Por Germán Osuna Cruz
Oquitoa, Sonora.- Un cortejo fúnebre impresionante acompañó al mexicano José Güereña Ortiz en su sepelio en Oquitoa, la cual se vistió de luto, después de que integrantes del grupo SWAT lo masacraran de más de 60 balazos en su domicilio en Tucson Arizona al confundirlo con un supuesto terrorista.
El Sonorense José Güereña Ortiz, de 26 años era Marine de los Estados Unidos y considerado por sus compañeros un héroe de guerra después de que luchó con su vida en la guerra de Irak e irónicamente fue el mismo gobierno de Estados Unidos quién le quitó la vida por equivocación en la calle redwater entre la Valencia y Wade en Tucson Arizona.
Los Marines le hicieron los máximos honores y le acompañaron hasta la frontera con Nogales Sonora, en donde le fue entregada la bandera de Estados Unidos a sus familiares, al mismo tiempo que a través de un Sargento de su destacamento pedían a las autoridades Norteamericanas y en especial a la policía SWAT una explicación de los hechos en que fue masacrado el joven mexicano.
Compañeros de su actual trabajo en la mina de Cobre “Asarco Missión” en Sahuarita Arizona, en donde el malogrado Sonorense tenía 4 años trabajando, solicitaron a las mismas autoridades estadounidenses una explicación y no se conformaron con un "Usted disculpe"
Los hechos ocurrieron el día 5 de mayo cuando José Güereña Ortiz descansaba, ya que había laborado toda la noche en la mina de cobre, cuando llegó un destacamento de SWAT y rodeó su casa en la Valencia y Wade. En el interior de su domicilio se encontraba además del malogrado mexicano su esposa Vanesa y sus dos hijos. Esta al ver el alboroto que se había armado afuera, despertó a su esposo, quién éste inmediatamente se levantó y cuando se dirigía a la puerta uno de los elementos disparó contra la puerta, asegurando un testigo que la bala rebotó en uno de los chalecos antibalas de un miembro del SWAT lo que inició una intensa balacera. El cuerpo de José Güereña Ortiz, presentó más de 60 impactos de bala de alto calibre en su cuerpo, mientras que la esposa fue herida a golpes y arrastrada por toda la casa ante el asombro de los hijos de la pareja de mexicanos.
Según un informe de SWAT afirma que el Sonorense traía un arma larga, pero las pruebas de parafina afirman que nunca detonó dicha arma de fuego y en las mismas versiones oficiales, afirman que dispararon porque fue confundido con un terrorista. La fachada del domicilio en Tucson está cubierta con las huellas de lo que pareciera una enorme batalla para masacrar a un héroe de guerra, quién fue asesinado delante de su esposa y sus dos hijos.
Durante el sepelio el pueblo entero de Oquitoa, Sonora, solicitaba justicia al Gobierno Norteamericano, mientras el alcalde de esta comunidad Adrián Figueroa Martínez declaraba luto en todo el municipio y durante los festejos del día de las madres pidieron a los habitantes festejar sin música en honor al joven caído.
El mexicano fue sepultado éste 12 mayo en Oquitoa Sonora, después de reunir una serie de trámites para ser trasladado desde los Estados Unidos a México. ¡Justicia! ¡Justicia! Se escuchaban los gritos de amigos y familiares del joven mexicano por todas las calles de la población y se cimbraban los ecos al norte del Estado de Sonora.
Condena Alcalde de Oquitoa el homicidio
El alcalde de Oquitoa, Adrián Figueroa Martínez, condenó los hechos trágicos en que falleció José Güereña Ortiz, cuando allanaron su domicilio en Tucson Arizona. De quién dijo era un ciudadano noble y responsable y de ninguna manera justifica la forma como le quitaron la vida ya que combatió por su País, afirmando que las autoridades estadounidenses deben aclarar los motivos, no desvirtuar los hechos, para enmendar el daño a la familia, a quienes le deben una disculpa, así como también a la Marina y a los compañeros de trabajo de la mina en Sahuarita Arizona.
Familiares piden Justicia
Un primo de la víctima de nombre José Aurelio Ortiz Gortari, asegura que su primo nunca les disparó y que el día de los hechos, cuando los elementos de SWAT llegaron al domicilio de José para allanarlo, un elemento disparó a la puerta y éste rebotó en el chaleco de unos oficiales, quienes pensaron que estaban disparando desde adentro por lo que accionaron sus armas, los cuáles un total de 60 proyectiles impactaron en el cuerpo del mexicano. “Mi primo nunca disparó su arma, ya le hicieron las pruebas y esta nunca fue disparada y en el momento de los hechos el estaba dormido porque trabajaba de noche en la mina”.
Para una de las tías de la víctima, afirma que ni siquiera disculpas les pidieron: “Buscaban a no se qué, no se quién y no encontraron nada, fue una tremenda equivocación que deja huérfanos a dos niños de 4 y 6 años”.
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