BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO

BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO
La verdad nos hará libres...

martes, 2 de noviembre de 2010

LA TRANSPARENCIA

Fernando Ravsberg

Tal vez uno de los peores daños sufridos por la sociedad cubana en su conflicto con EE.UU. fue que el "secretismo" se instaló en la nación como una virtud ciudadana esencial para proteger vidas y haciendas de los embates del "enemigo".

Podría parecer una simple excusa pero lo cierto es que los barbudos tenían que cuidarse. Ya el 10 de marzo de 1959, apenas 2 meses después de que tomaran el poder y mucho antes de declararse socialistas, Washington decide acabar con Fidel Castro.

A este "Síndrome del Misterio" contribuyó también que el gobierno de Cuba estaba en manos de revolucionarios acostumbrados a la conspiración, un arte en el que todo se juega tras bambalinas y donde saber esconder las cartas es la clave de la victoria.

En mi viaje a El Salvador mantuve una larga e interesante conversación con uno de los integrantes de la Subsecretaría de Trasparencia. Se trata de un nuevo organismo, creado por el gobierno del Presidente Mauricio Funes y el Frente Farabundo para la Liberación Nacional (FMLN).

Los ex guerrilleros creen que el pueblo debe tener derecho a controlar a sus gobernantes, instituciones y empresarios, no con una rendición de cuentas formal sino con el acceso permanente a la información sobre sus actividades.


Además me aseguran que la trasparencia es la primera trinchera contra la corrupción, algo así como la represión preventiva de ese delito. Las maniobras de los corruptos son mucho más difíciles cuando están bajo el escrutinio de la población.

¿De cuántos funcionarios ineptos se liberaría Cuba si se implementara un mecanismo público de control de planes y resultados? ¿Cuántos corruptos quedarían al descubierto si todos pudieran conocer sus niveles de ingresos y de gastos?

Lo comprenden muy bien los estudiantes de la Universidad Informática que en un debate con el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, reclamaron que los gobernantes, diputados y ministros rindan cuentas al pueblo de forma periódica.

Pero ocurre todo lo contrario. Argumentan que el "imperio" busca información vital para golpear la economía del país y que "las multinacionales de prensa" aprovechan cualquier problema para desprestigiar a la isla internacionalmente.

No voy a negar que sea cierto, EE.UU. tiene una legión de funcionarios persiguiendo los negocios cubanos por el mundo para aislar económicamente a La Habana, sabotear su comercio y sancionar a empresarios de terceros países.

También hay que reconocer que algunos medios de prensa parecen obsesionados con el tema. Llegan incluso a inventarse historias absolutamente falsas y ridículas como la supuesta censura de la TV cubana contra los dibujos animados estadounidenses.

Pero lo cierto es que mucho del secretismo no va dirigido a protegerse de los enemigos, de lo contrario toda la información que ya está en manos de los "imperialistas" y de la prensa extranjera podría publicarse dentro de la isla.

Como explicar entonces que un caso de corrupción -conocido internacionalmente- como el de Cubana de Aviación no se haga público en Cuba. El secreto no parece dirigido a proteger a la nación sino a salvar "la reputación" de los implicados.

9 meses después y a pesar de las promesas de justicia hechas a través del periódico Granma, nunca se informó a la población del resultado de la investigación sobre los pacientes muertos de hambre y frío en el hospital psiquiátrico de La Habana.

No dudo que algunos de los culpables ya hayan sido juzgados y condenados pero lo cierto es que el gobierno no rindió cuentas a sus ciudadanos y el ministro del sector pasó a cumplir otras funciones sin dar la más mínima explicación pública.

La filosofía de la seguridad nacional se derrumba ante casos en los que al único que no le informan es al cubano de a pie. Decía el escritor Lisandro Otero, que en el capitalismo no sabes que te pasará mientras que en el socialismo nunca te enteras de que fue lo que pasó.

Es comprensible que un país resguarde sus secretos cuando trata con enemigos tan poderosos pero el sector "protegido" en Cuba parece excesivo, tanto que podría estar sirviendo para que se encubran corruptos, ineptos e irresponsables.

Las autoridades salvadoreñas saben que la política de trasparencia los expondrá también a ellos al escrutinio público. Sin embargo, creen que "es doblemente positivo porque eliminar los corruptos de nuestras propias filas nos dará un mayor prestigio ante el pueblo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario