Obama y sus asesores reaccionaron fuertemente cuando se publicó en internet una foto de él con un atuendo tribal somalí. Y los elogios que recibió de Louis Farrakhan, ministro de la Nación de Islam, dieron lugar a interrogantes en uno de los debates presidenciales.
La estrategia de Obama ha consistido en responder con agresivas correcciones que venden su fe cristiana y atacan a los atacantes. “Barack nunca ha sido musulmán ni ha practicado otra fe que no sea la cristiana”, declaró una hoja informativa. “No soy y nunca he sido de la fe musulmana”, le dijo Obama a un reportero de Christian News.
Lo que inquieta de sus respuestas es que no desafía la vergonzosa y racista premisa tras la “difamación musulmana”: que ser musulmán es, de facto, una fuente de deshonra y que, de alguna forma, implica aceptar la idea de que ser acusado de ser musulmán equivale a ser acusado de traición.
SUS NEXOS CON LA IZQUIERDA
Para entender mejor las relaciones Obama con algunos grupos considerados como "mafiosos", nada mejor que la siguiente ilustración:
Gráfica cortesía de Undercover 4 Liberty.
¿JUDÍOS EN EL PODER?
Y para rematar, invito a mis lector@s a conocer la larga lista de funcionarios públicos ligados al sionismo, haciendo click en una muy completa investigación titulada:
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