- Las comparaciones son odiosas, pero hay que compartir la indignación.
- Cuando el terremoto de Haití, la Federación envió hasta una cocina con capacidad de 7 mil comidas diarias: aquí ni siquiera un puesto de tacos.
Es preciso decirlo de nuevo y cuantas veces sea necesario: ante la magnitud de los daños ocasionados por el Huracán Alex a Coahuila y sus habitantes, se requirió una reacción ofical pronta e inmediata, así como la solidaridad ciudadana, en éste caso, para aportar un poco o un mucho de lo que afortunadamente no carecemos, para hacerlo llegar a aquellos que lo perdieron todo.
Todos alabamos estos actos desinteresados y el deseo humano de mejorar las vidas de nuestros semejantes, sin embargo, nos preguntamos ¿por qué razón fuimos tan rápidos y tan solidarios en situaciones ajenas, como Haití, pero cuando tenemos la ocasión de serlo con los de al lado al lado, no lo hacemos?
Y menciono a Haití porque en nuestro país la respuesta fue sorprendente, hubo centros de acopio en las oficinas de los diarios, las estaciones de radio y de televisión, en escuelas y universidades, en las sedes de los partidos políticos, en las colonias, en las iglesias, en la capital y en todos los estados de la república.
El Gobierno por su parte movilizó a las fuerzas armadas, y envió una abundante ayuda material y humana para aliviar un poco la tragedia haitiana, y los grupos y organizaciones sociales enviaron personal, incluyendo a los famosos "topos", expertos en salvamento de personas atrapadas bajo los escombros; en suma, la respuesta del pueblo y Gobierno de México ha sido admirable.
¿Por qué cuando hay algo como lo que sucedió en Haití todos participamos, pero cuando sabemos de tragedias nacionales solamente alzamos los hombros y esperamos que "el Gobierno ayude con el plan DN-3"?; ¿por qué en nuestra colonia cuando una familia tiene un problema o una tragedia, un robo o un asalto, nos alzamos de hombros y esperamos que "
¿Será que estamos muy acostumbrados a ver la miseria doméstica que ya no la percibimos? Coahuila clamó ayuda a la federación, y la mano amiga no llega. No digo que haya estado mal ser solidario con Haití. Por el contrario, el pueblo mexicano actuó excelentemente.
El problema es que, cuando se alejan las cámaras y las felicitaciones del extranjero no existen, no estamos a la altura. Que nos sirva de lección para no predicar la falsa solidaridad. Triste, muy triste, ver que las despensas, el dinero, y el esfuerzo sólo se mueven si van fuera de nuestras fronteras.
A Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas no han enviado ni el equivalente a uno de los varios buques o aviones Hércules con los que presumieron en aquella isla, a pesar de nuestros 80 mil damnificados, como mínimo.
Y le voy a demostrar por qué afirmo lo anterior y como coahuilense me siento menospreciado por la ayuda federal.
Mientras la presidenta del voluntariado del DIF en Coahuila, Vanessa Guerrero de Moreira, aseguró acopio de 556 toneladas de víveres para los damnificados por las lluvias, las cuales fueron enviadas a las zonas afectadas para repartirse entre la población, mismas que se integraron de los artículos donados por la ciudadanía, y con la participación de todas las dependencias de gobierno, el dinero o el apoyo federal llegaba a cuentagotas.
Primero se hizo presente la ayuda aportada por el estado de Hidalgo, consistente en 27 toneladas de víveres para los damnificados de Coahuila, el cual llegó con la representación de la diputada federal, Alma Carolina Viggiano Austria.
Luego, el presidente del Consejo de Administración de Grupo Maseca y de Grupo Financiero Banorte, Roberto González Barrera, donó cien millones de pesos para la reconstrucción del Estado.
Luego de un recorrido por las dos colonias más afectadas por el fenómeno meteorológico junto al gobernador Humberto Moreira, el empresario regiomontano indicó que en las crisis siempre hay una oportunidad para crecer. En respuesta el mandatario estatal anunció que el donativo se invertirá en ambas colonias que llevarán por nombre Maseca y Banorte como muestra de agradecimiento.
Le recuerdo para que haga su coraje, que del buque "Zapoteco" de
Calderón presumió en su momento que México se hizo presente con más de tres kilos de ayuda para cada uno de los tres millones de haitianos que resultaron damnificados por el sismo del 12 de enero.
Antes había zarpado el buque "Tarasco" con 800 toneladas, luego el referido "Zapoteco" con 215 y se estaban embarcando en el “Usumacinta" más de mil toneladas partieron del puerto de Manzanillo, Colima.
Y sigo con las odiosas comparaciones: el propio presidente Calderón presumió en enero pasado que sólo las Fuerzas Armadas han transportado ya sea por vía marítima o aérea cuatro mil 500 toneladas que ya están en territorio haitiano y para llegar a las 15 mil toneladas se ha sumado el esfuerzo de los gobiernos y del pueblo en general.
El presidente Calderón sostuvo que se trata de una cifra sin precedentes, una cantidad histórica de ayuda que el pueblo de México ha aportado para atender un desastre.
Todo eso ocurrió hace unos meses a favor de un país en desgracia, pero cuando se trató de ayudar a los norteños, el Presidente vino a regañadientes y como un mero formulismo.
Porque déjeme decirle que el Presidente puso a trabajar, en el caso de Haití, a 15 mil voluntarios, socorristas y rescatistas. Tan solo
¿Y
No se emocione, aquí no mandaron nada. La cocina comunitaria de
Se trata de un equipo de aproximadamente 77 toneladas y con un volumen de
La cocina y sus materiales fueron debidamente embalados. En la transportación aérea, viajó un equipo técnico de
Pero a Coahuila, no enviaron ni un puesto de tacos.
Vaya, para que termine de perforar su hígado por tanta bilis, Calderón presumió de haber enviado 16 aviones de
Y lo dijo el Presidente:”Entre el equipo enviado para efectuar las labores de la misión mexicana, destaca: Ambulancia (PFP); grúa Unimog; equipos de rescate neumático e hidráulico; vehículos pick–ups; teléfonos satelitales, radios y equipos de comunicación “Man Pack”; plantas potabilizadoras y generadoras; computadoras y estufas portátiles; casas y catres de campaña; material médico y equipo de primeros auxilios; Herramientas; y equipos de seguridad y sobrevivencia.
Los médicos y enfermeras del buque Huasteco tanto de SEMAR como del IMSS, han atendido a la población, habiendo realizado en tierra cientos de consultas, cirugías y aplicado vacunas”.
En Coahuila, las iglesias, colonias, asociaciones, estudiantes y público en general, se solidarizaron con su Gobernador, sabedores de que no es posible confiar en la ayuda federal.
Saldremos adelante entre todos, con el apoyo o a pesar de Calderón.
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