¿Para qué sirve creer? ¿Acaso no es posible vivir una vida honesta, recta, sin tener que molestarse en creer en Dios? La respuesta seria: la utilidad de la fe no es comparable con bien alguno, ni siquiera con los bienes de naturaleza moral.
La verdad debe buscarse de modo apropriado a la dignidad de la persona humana y a su naturaleza social, es decir, con una busqueda que sea libre, con la ayuda de la enseñanza o de la educación. En primer lugar siempre debe estar la dignidad del hombre. Lo que no es licito es entrar culpablemente en el error, sin esforzarse por alcanzar la verdad.
¿Quién es el hombre, si el Hijo asume la naturaleza humana? ¿Quién debe ser este hombre, si el Hijo de Dios paga el máximo precio por su dignidad? ¡Qué feliz culpa que nos hizo merecer un tal y tan grande Redentor! El interés por el hombre y por su dignidad ha sido, y lo sigue siendo, el tema principal de la polémica, de la lucha con una democracia que nació defectuosa en México.
Sin embargo no debemos temer a lo que nosotros mismos creamos como consecuencia de cruentas luchas que forman parte de una historia que no termina de escribirse. No solo puede, sino que debe ser cambiado el modelo de país. La victoria llegara por medio de la dignidad del ser humano.
La Navidad, la Crucifixión, y la Resurrección son los tres pilares de la fe cristiana. Pero sin Navidad, no hubiesen existido ni Crucifixión ni Resurrección. La Navidad es la primera fuente de alegría y de esperanza para el hombre. El bien es más grande que todo lo que en el mundo hay de mal.
El mal no es ni fundamental ni definitivo.No hay sitio para un nirvana, para ninguna apatia o resignación. A fin de cuentas, la victoria sobre los males que azotan a México, será una realidad. El motivo de nuestra alegría debe ser el tener la fuerza y la entereza para participar activamente en un cambio que exige acción colectiva. El sistema podrido se caerá como consecuencia de sus propios errores y abusos que han sobrepasado todo nivel.
Los mexicanos y todos los ciudadanos de países que busquen cambiar su modelo, debemos creer para entender, pero debemos tambien entender para creer. Pienso, luego existo, pero existo, entonces razono, pienso. El intelecto es la creación más maravillosa de Dios. El mexicano debe ser un ser ético, capaz de actuar según los criterios del bien y del mal.
Por razón de su dignidad todos los seres humanos, en cuanto estan dotados de razón y de voluntad libre, e investidos de responsabilidad personal, están obligados a buscar la verdad. Esta búsqueda tiene que ser libre, no puede ser constreñido a aceptar la verdad, sino que debe llegar a ella por su libertad. A lo que más teme un sistema corrupto es a la verdad. El desenmascarar la mentira, la falsa ideología debe ser el deber inmediato de cada ciudadano de éste México convulso.
Debe considerarse como una misión de la gente, salir de esta situación. No permitir que nadie les quite la alegría, la fe, la esperanza, el raciocinio, la libre voluntad. Pero es un hecho que la libertad no es una prerrogativa otorgable o no por la tiranía, la corrupción o la impunidad, sino que es un modo propio de ser del hombre, creado por Dios. Les ruego que esta Navidad todos recen con fe: “Padre Nuestro, que estas en los cielos, concédenos a los mexicanos, a los seres migrantes o en el exilio, a los pobres, perseguidos y oprimidos... la fe, la dignidad, y el sentido de responsabilidad, que nos haga luchar para lograr un mundo mejor, y nos permita obtener justicia y libertad para nuestra patria”.
¡Feliz Navidad para todos!
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