viernes, 25 de junio de 2010
EL SUR TAMBIEN EXISTE
Miguel Angel, sacerdote y bloguero español, me ha recordado que el Sur también existe. Y es verdad.
Y afirma: No sé qué tiene el Sur que, siendo uno más de los muchos picos de la rosa de los vientos, con harta frecuencia es apenas recordado para hablar del viaje que tenemos proyectado; para citar las playas en las que doramos nuestra piel; para temer invasiones por mar, que por tierra y aire parece que no es posible; para enviar hacia allá cooperantes de la tierra y también excesos que nos sobran; para, en fin, que nos surta de café, cacao, té y otras sutilezas, que al fin y al cabo el móvil nos es imprescindible y el oro y los diamantes son buena inversión en estos tiempos revueltos. ¡Ah!, y también para tener allá las guerras que nos son tan necesarias y aquí cerquita no están bien, que son ruidosas y hacen feo.
El caso es que Saramago nos hacía mirar hacia allá. Pero ya antes otros y otras también lo hicieron. Ahí están, y no sé si ahora es importante citarlos.
A bote pronto, y sin pretender ser exhaustivo, doy nombres sin orden ni concierto: Vicente Ferrer, Ignacio Ellacuría, Francisco Javier, Nicolás Castellanos, Teresa de Calcuta, Llanos, Millán Santos, Ventura Rodríguez, Gustavo Gutiérrez, Jürgen Moltman, Juan Bautista Metz, Jon Sobrino, Michel, Eloy Arribas, Luther King, y otros cien mil más.
El Sur está abajo, bien abajo. Está allí, pero también está aquí. Está en todas partes, pero sólo se ve cuando estorba, o cuando lo necesitamos.
En mi falta de erudición, -Fernando que es verdad que de erudito nada-, me levanté bien de mañana con un título para esta entrada en la cabeza. Llego a la red, y descubro que ya tiene propietario lo que yo creí original.
Esto es “El sur también existe”, de Mario Benedetti:
Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventanas navideñas
su culto a dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recorre el fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras que el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe
con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
son su gesta invasora
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el sur también existe
con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos sus misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe.
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