BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO

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miércoles, 27 de julio de 2011

TRAS EL RASTRO DE SUS HIJOS DESAPARECIDOS

Por Danilo Valladares



GUATEMALA, (IPS) - "Estuvimos presos tres días en México. Cuando cruzamos la frontera de Piedras Negras, en Tamaulipas, hacia Estados Unidos, nos corrió la ‘migra’. A mí me agarraron, pero mi hermano escapó y desde entonces no supe nada más de él", dijo entre sollozos la guatemalteca Amarilis Rodríguez.
Juan Neftalí Rodríguez, el hermano de Amarilis de 23 años de edad, cumplirá el 18 de agosto un año de desaparecido en su intento por llegar al sureño estado estadounidense de Texas con la esperanza de mejorar su vida. Sus dos hijos, de uno y siete años, así como su madre y sus hermanos lo esperan angustiados.

Para averiguar sobre el paradero de su hijo Juanito, como le llama, y denunciar los vejámenes de miles de centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos, Manuela Bran partió este lunes rumbo a México junto con más de otros 100 familiares de emigrantes desaparecidos procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras en la llamada "Caravana paso a paso hacia la paz".

"Tenemos la esperanza de que lo tenga alguien. A nosotros nos decían que tuviéramos cuidado porque en el monte había muchos hombres que nos podían agarrar", relató Rodríguez, quien despidió a su madre el domingo desde la capital guatemalteca.

La marcha para denunciar los vejámenes perpetrados contra sus seres queridos, organizada por una veintena de organizaciones de derechos humanos y familiares de centroamericanos y mexicanos desaparecidos, transcurre por la denominada "ruta del migrante" que ingresa a México por el sudeste y se dirige al nordeste hacia la frontera estadounidense, atravesando los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tamaulipas.

La expedición está dividida en dos grupos: Uno conformado por activistas y familiares de emigrantes centroamericanos, que partió el lunes en autobús desde la ciudad de Guatemala, cruzó la frontera hacia México y llegó este miércoles a Ixtepec, en el estado de Oaxaca, después de pasar por Ciudad Hidalgo, Tapachula y Arriaga, en el estado de Chiapas.

El grupo restante, integrado por más de 100 emigrantes, defensores y religiosos, abordó el ferrocarril denominado "La Bestia", el mismo al que trepan los "sin papeles" centroamericanos en su trayecto al norte y que partió el martes desde Tenosique, Tabasco, con rumbo a la ciudad de Coatzacoalcos.

Es en esta última urbe, en el estado de Veracruz, donde ambas marchas confluirán este viernes 29.

En la expedición participan los sacerdotes católicos Alejandro Solalinde, Luis Ángel Nieto y Heyman Vázquez junto a otros activistas mexicanos reconocidos por su lucha en favor de los inmigrantes, así como los cónsules guatemaltecos en México Rogelio Cipriano Méndez y Juan Fernando Lantan.

"El viaje ha estado tranquilo, sin incidentes. No pedimos seguridad. Al tren subió mucha gente", relató desde la marcha a IPS fray Tomás González, director de la Casa Refugio del Migrante, en Tenosique.

"Buscamos frenar la ola de robos, secuestros y asesinatos de inmigrantes, inhibir al crimen organizado para que deje de llenar sus bolsillos con las extorsiones y secuestros", agregó este también sacerdote católico, quien es víctima constante de amenazas de esas mafias que actúan en el área de Tenosique, cuya vía férrea es la más peligrosa del sudeste mexicano.

En su ruta hacia Estados Unidos, miles de inmigrantes de América Central llegan cada día a territorio mexicano donde grupos criminales, muchas veces en contubernio con las fuerzas estatales de seguridad, los someten a los más crueles abusos, que van desde extorsiones, secuestros y violaciones hasta los asesinatos colectivos.

También muchos viajeros mueren de sed en el desierto.

Según la estatal mexicana Comisión Nacional de Derechos Humanos, unos 20.000 inmigrantes fueron secuestrados en 2010, sin que el gobierno de Felipe Calderón pueda frenar esa actividad criminal.

El último caso de secuestro masivo de indocumentados ocurrió en junio en Veracruz. Al menos 80 personas, en su mayoría centroamericanos, desaparecieron sin que se sepa de su derrotero.

Antes, el 23 de agosto de 2010, fueron encontrados los cuerpos de 72 inmigrantes en el municipio de San Fernando, en el nororiental estado de Tamaulipas. La masacre, atribuida al grupo narcoterrorista mexicano Los Zetas, generó una ola de repudio y, a la vez, evidenció la brutalidad a la que están expuestos los viajeros con maleta de sueños.

Esta barbarie obligó a familiares de inmigrantes y a defensores de los derechos humanos a emprender la "Caravana paso a paso hacia la paz", en cuyo recorrido ya se reunieron con autoridades mexicanas, con otras organizaciones sociales y participaron en actividades culturales y espirituales relacionadas con las migraciones.

Pero la cita más importante la tendrán el sábado 30, cuando se reúnan con el Relator Especial sobre Trabajadores Migratorios y Miembros de sus Familias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el chileno Felipe González.

La cita será en Tierra Blanca, Veracruz, situada unos 380 kilómetros al sudeste de la ciudad de México.

Amílcar Vásquez, de la Comisión Pastoral de Movilidad Humana de Guatemala, dijo a IPS que la caravana pretende llamar la atención de las autoridades mexicanas, de los gobiernos vecinos del sur y del propio relator, a quien entregarán un documento con testimonios y denuncias de los crímenes contra la población inmigrante.

"Queremos visibilizar la situación y hacer recomendaciones sobre la protección y atención e implementación de leyes justas e integrales" para favorecer la seguridad de los emigrantes centroamericanos a su paso por México, dijo.

La mitad de los 43 millones de centroamericanos viven en condiciones de pobreza, una razón que obliga a miles de ellos a viajar sin los documentos requeridos a Estados Unidos en busca del denominado "sueño americano", algo que para unos se ha traducido en éxitos y para otros se ha convertido en una auténtica pesadilla

"Estoy aquí porque no sé nada de mi hijo desde hace 20 años", aseguró a IPS María de los Altos Ávila, una hondureña de 74 años que viaja en el grupo desde Guatemala en busca de noticias de su añorado José Armando Salgado.

"Mamá, yo me quiero ir porque quiero sacarla adelante a usted", me decía antes de partir hacia el norte, recuerda Ávila, quien se quedó al cuidado de los cuatro hijos de su vástago desaparecido en su marcha hacia Estados Unidos.

"Yo espero en mi Dios que lo encuentre sano y salvo. Eso es lo que deseo, no más", relató esta madre, entre lágrimas y portando un cartel en el que se leía: "Dios te bendiga José Armando Salgado, te quiero mucho".

Según organizaciones de derechos humanos, unos 1.500 centroamericanos viajan sin documentos a Estados Unidos cada día, pero muchos mueren presas de los criminales en su travesía.

La "Caravana paso a paso hacia la paz" concluirá su recorrido en la capital mexicana este lunes 1 de agosto con una manifestación en el Zócalo, el paseo principal, y una reunión con la Comisión Permanente de legisladores. Mientras, Rodríguez, Bran, Ávila y cientos de familiares seguirán buscando noticias de sus seres queridos. 

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