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domingo, 12 de septiembre de 2010

LOS INMIGRANTES NO VAN SOLO A TENER HIJOS


Cuando los mellizos de Ruth García nazcan en dos meses, gozarán de todos los derechos que tiene un ciudadano estadounidense. Ellos y sus seis hermanos podrán votar, solicitar créditos estudiantiles federales e incluso postularse a la presidencia.

García es una inmigrante indocumentada que cruzó la frontera hace 14 años antes de que sus hijos nacieran. La ciudadanía otorgada a sus hijos así como a muchísimos otros niños en la misma situación se ha convertido en el centro del debate que ha provocado posiciones contrarias a nivel nacional.

Los republicanos ejercen presión para que se realicen audiencias ante el Congreso a fin de que se considere la modificación de la Enmienda XIV y que a estos niños no se les otorgue la ciudadanía automática que la Constitución les garantiza. Estos legisladores afirman que mujeres como García se aprovechan de la enmienda constitucional. Las presentan como mujeres que cruzan la frontera con el fin de dar a luz.

Según un reciente estudio del Centro Hispano Pew, el 8 por ciento de los 4.3 millones de bebés que nacieron en EU en el 2008 tenía por lo menos un padre indocumentado. Sin embargo, un análisis detallado muestra que los padres de la mayoría de estos niños viven en los Estados Unidos desde hace muchos años.

De los 340,000 bebés hijos de padres indocumentados que nacieron en los Estados Unidos en el 2008, el 85 por ciento de padres se encuentra en el país desde hace más de un año y más de la mitad, por lo menos desde hace cinco años, declaró Jeffrey Passel, especialista en demografía del Centro Pew.

Asimismo, especialistas en el tema migratorio consideran que es muy raro que los inmigrantes vengan a Estados Unidos solo para tener hijos y así obtener la ciudadanía. En la mayoría de casos, vienen por razones económicas y en busca de una mejor atención médica y luego deciden quedarse y formar sus familias.

El tema de los aproximadamente 11.1 millones de inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos provoca reacciones en muchos votantes, como por ejemplo, Susan Struck, jubilada de 66 años y ex enfermera y enfermera médica en pediatría de las Fuerzas Aéreas, de Double Adobe, Arizona.

"Las personas vienen… tiene hijos que salen con partidas de nacimiento estadounidenses y luego se regresan a sus países con un número de Seguro Social, con esa partida de nacimiento" y tienen acceso a servicios públicos, manifestó Struck en un evento reciente cerca de la frontera organizado por activistas conservadores del "tea party".

Muchos destacados líderes republicanos comparten la opinión de Struck sobre el tema. Un ejemplo es el Senador Lindsey Graham de Carolina del Sur, quien aboga abiertamente por modificar la Constitución y quien ayudó a que el tema cobrara fuerza en vísperas de las elecciones de noviembre.

"Hay mujeres que vienen de países lejanos como China y Turquía o de países cercanos como México con el objetivo de que alguien de su familia obtenga el pasaporte estadounidense, declaró Jon Feere, analista legal del Center for Immigration Studies, que está a favor que se apliquen leyes migratorias estrictas.

Sin embargo, según expertos en temas legales, es muy poco probable que se consiga modificar la Constitución. Desde el 2005 se presentan medidas en cada sesión del Congreso, pero ninguna ha salido del comité. Para que se logren modificaciones en la Constitución se necesita la aprobación de dos tercios de la mayoría en ambas cámaras del Congreso, lo que resulta imposible ahora que los demócratas cuentan con la mayoría en ambas cámaras y casi todos se oponen a dicha medida.

Incluso si los republicanos ganaran en las elecciones de noviembre y se aprobara la legislación, la enmienda tendría que ser ratificada por tres cuartos de los estados.

Efectivamente, algunas mexicanas embarazadas vienen a los Estados Unidos. En ciudades fronterizas como Nogales, Arizona, las mujeres llegan a Estados Unidos desde hace décadas para dar a luz con el objetivo principal de recibir una mejor atención médica, manifiesta Tony Estrada, sheriff del Condado Santa Cruz. Todas las calles de Nogales, Sonora, tienen carteles que ofrecen servicios de maternidad en Arizona.

El Tucson Medical Center ofrece paquetes que ofrecen una atención integral para las embarazadas. El programa atrae a algunos residentes de Sonora que están en condiciones de realizar el pago por adelantado y que ya cuentan con visas estadounidenses, expresó el vocero Michael Letson.

Douglas Massey, demógrafo de la Universidad de Princeton, manifiesta que en los 30 años que lleva estudiando la inmigración mexicana, nunca ha entrevistado a ningún inmigrante que haya dicho que vino a los Estados Unidos sólo para que sus hijos obtengan la ciudadanía.

"Los mexicanos no vienen a los Estados Unidos para tener hijos", declaró Massey. El demógrafo culpa a los estrictos controles en la frontera que se establecieron en los 90 de la interrupción de la migración normal de varones que iban a Estados Unidos a trabajar por uno o dos años y luego regresaban a sus países. "Tienen hijos en los Estados Unidos porque los hombres ya no pueden salir y entrar libremente de México a los Estados Unidos para ir a trabajar y es totalmente comprensible que una pareja de esposos quiera vivir junta".

El caso más común, según otros expertos, es que las familias tengan un hijo que esté en condición legal y otros que no, como Beatriz Gómez, una inmigrante indocumentada de 35 años que llegó a Phoenix hace 11 años con visa de turista (ahora expirada) de Arriaga, en el estado mexicano de Chiapas.

Su hija de 12 años nació en México y está aquí indocumentada, pero sus dos hijas menores, de 5 y 8 años, nacieron en Estados Unidos y son ciudadanas.

"Es triste", expresó Gómez de su hija mayor que tenía solo 1 año cuando su familia llegó a Estados Unidos y no cumple los requisitos para obtener beneficios tales como el crédito estudiantil federal o las tarifas de matrícula para estudiantes residentes. "Es buena estudiante, pero no podrá asistir a la universidad como sus otros dos hermanos".

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