miércoles, 15 de septiembre de 2010
LA PRENSA ANTE LA VIOLENCIA Y LA CENSURA
Periodismo, Profesión Peligrosa
Por Jesús Hernández Cuéllar
La influyente cadena mexicana Televisa sufrió en agosto de 2010 tres ataques con explosivos en 10 días, poco después de la cobertura que hizo de la masacre de 72 inmigrantes en México; el periodista hondureño Israel Zelaya fue encontrado muerto con tres balazos en la cabeza el 24 de ese mes, y van nueve profesionales de los medios de Honduras que corren la misma suerte en 2010; la radioemisora FM Cerrillos y la casa del periodista Carlos Villanueva, en Salta, Argentina, fueron incendiadas por desconocidos que robaron un transmisor de 300 watios y dejaron herido al hijo del profesional, en un intento por acallar esa radiodifusora local; de los 27 periodistas cubanos condenados a prisión en 2003, todavía 19 están en la cárcel cumpliendo condenas que oscilan entre los 14 y los 27 años de privación de libertad.
La periodista iraní Shiva Nazar, de sólo 26 años de edad, está en la cárcel de Evin, Teherán, por un delito traducible a algo así como "enemistad hacia Dios". La lista es enorme.
El resumen que hace el Barómetro 2010 de la organización Reporteros sin Fronteras refleja que a lo largo de este año 23 periodistas y un colaborador han muerto en diferentes partes del mundo; 155 periodistas y nueve colaboradores se encuentran encarcelados, y 112 ciberdisidentes están igualmente detrás de las rejas.
Por otra, este mes de septiembre se cumplió el primer aniversario del asesinato del periodista Christian Poveda, en El Salvador, atribuido a una pandilla. Su colega y actual presidente salvadoreño, Mauricio Funes, ha seguido de cerca la investigación. Hay ya 33 inculpados en este caso, incluidos el jefe de la pandilla, Daniel Cabrera Flores, alias "El Black", e Iván Antonio Leiva, que se cree que ejecutó a sangre fría a Poveda.
En México, por suerte, cuatro periodistas que habían sido secuestrados por el Cartel de Sinaloa, fueron rescatados a finales de julio de 2010. Esta acción, sin embargo, no alivia mucho el peligro. En la última década, 64 periodistas mexicanos han sido asesinados, y desde 2006 otros 11 desaparecieron, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos del país azteca.
En Venezuela, se ha extendido la prohibición del gobierno del teniente coronel Hugo Chávez, vía sistema judicial, de publicar "contenidos violentos". El Circuito Judicial de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes de Caracas divulgó un fallo que prohíbe publicar "imágenes, informaciones y publicidad de cualquier tipo con contenido de sangre, armas, mensajes de terror, agresión física, imágenes que utilicen contenidos de guerra y mensajes sobre muertes y decesos que puedan alterar el bienestar psicológico de los niños, niñas y adolescentes". Esto ocurrió después que el diario El Nacional publicara fotos de cadáveres amontonados en la morgue de la capital venezolana, como testimonio de la inseguridad que se vive en las calles. Según Reporteros sin Fronteras ese dictamen representa una prohibición "imprecisa" que conlleva "un riesgo de censura y autocensura".
Pero ninguno de los sucesos anteriores ocurrió en los países que componen, según Reporteros sin Fronteras, el llamado "Trío Infernal": Eritrea, Corea del Norte y Turkmemistán. Allí pasan cosas horribles. Es decir, más horribles.
El esfuerzo de grupos criminales e inclusive de gobiernos es extraordinario, con tal de silenciar el flujo de información que daña su imagen pública. Mal momento para criminales y dictadores. Nunca antes la humanidad había estado sumida en un volumen tan grueso de datos, cifras, testimonios y declaraciones. En esta era de la información, criminales y dictadores, que en la mayoría de los casos son también criminales, parecen no entender que sus asesinatos, encarcelamientos, secuestros y censuras no impedirán que se sepa la verdad. La inmediatez de Internet con sus redes sociales, hace imposible que se salgan con la suya. Allí estarán sus nombres, sus fotos y videos con sus rostros, como evidencia documental de su crueldad. Cuando asesinen a periodistas en México para aterrar a otros profesionales de la comunicación social, habrá otros periodistas en otras latitudes, que denunciarán el asunto. Cuando condenen a largas penas de cárcel a periodistas y activistas por decir lo que piensan, en Cuba o en Irán, habrá otros comunicadores que permitirán a la opinión pública conocer estos acontecimientos.
En este u otro espacio, tal vez una próxima pieza debía responder a esta pregunta: ¿qué puede más, la era de la información o la violencia criminal y su hermana gemela la censura gubernamental? Si usted ha podido leer hasta aquí, en China o en México, en Eritrea o El Salvador, entonces la respuesta a la pregunta anterior, es obvia.
(Hernández Cuéllar es director y editor de Contacto Magazine, revista que fundó en julio de 1994 en Los Angeles, California. Ha sido además redactor de la agencia EFE en La Habana, Cuba, San José, Costa Rica, y Los Angeles, California, así como editor metropolitano del diario La Opinión de Los Angeles e instructor de periodismo de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA).
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