–Y cuando llegué al primer año, oí una voz como mormada que me decía: Ven y mira. Y miré. Y he aquí un jinete que casi se come al caballo. Y el jinete decía: “La desaceleración en la economía de Estados Unidos sí afectará a México pero no como en el pasado”. Y al decir esto, miles morían de pulmonía tras su paso.
Era el Jinete del Catarrito
–Y cuando llegué al primer retén, oí una voz marcial que me decía: Ven y mira. Y miré. Y salió otro jinete pasándose la Constitución por el arco del triunfo, dejando a su paso daños colaterales que eran los menos.
Era el Jinete de las Gastritis Crónicas
–Y cuando llegué a fin de mes, oí una voz bravucona y arrogante que me decía: Coopelas o cuello. Y miré y he aquí un jinete que cortaba cabezas y desaparecía sindicatos. Era tal su saña y su ambición, que de un tajo dejaba sin empleo a 44 mil trabajadores, mientras él soñaba con un nuevo trabajo en el 2012.
Era el Jinete del Desempleo.
–Y cuando llegué a casa, oí una voz en horario triple A que me decía: “Mire usted, hoy el presidente decretó el final, sí, el final de la crisis”. Y como de un caballo de Troya, comenzó a salir un ejercito de “analistas” y “comunicadores” que cantaban las loas al poder.
Era el Jinete de las Estrellas.
–Y cuando creí haber sobrevivido al Apocalipsis, apareció un quinto jinete. Éste era el más letal de todos, pues a su paso, ya se contaban más de 22 mil 700 muertos. Y eso que íbamos ganando.
Era el Jinete del Apoca (Fe) ipe
Cortesía de: http://www.eljustoreclamo.blogspot.com/
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