Pablo Hiriart
En lugar de hacer un deslinde categórico de su diputado Julio César Godoy y exigir una investigación a fondo, el Partido de la Revolución Democrática optó por el sinuoso camino de la ambigüedad.
A Godoy lo están defendiendo como en su momento defendieron a Greg Sánchez, alcalde de Cancún detenido en un penal de máxima seguridad por sus presuntos vínculos con el narcotráfico.
¿Qué le pasa al PRD que defiende a personas que son vínculo entre política y tráfico de drogas?
¿Lo hace únicamente por mal cálculo?
El caso tiene implicaciones de diversa índole y las repercusiones se van a sentir.
Acción Nacional está en el gobierno cuya acción principal, su sello sexenal, ha sido el combate frontal al narcotráfico y al crimen organizado.
Pero su aliado, el PRD, está en contra de la presencia del Ejército en esa lucha, a la que considera equivocada, y guarda una postura indulgente hacia los indicios (algo más que indicios) de narcopolítica en sus filas.
La grabación que evidencia la relación entre Godoy y La Tuta no es ilegal y se encuentra en el expediente. En ella el capo de La Familia Michoacana le expresa al candidato perredista que está trabajando para hacerlo ganar.
El entonces candidato perredista le pide a La Tuta que acalle a un periodista que lo está criticando mucho, a lo que su “compa” accede.
¿Cuál fue el agravio del periodista michoacano a Godoy? Escribir que el PRI denunciaría a Godoy por haber repartido unos bultos de cemento en la campaña.
Y por esa nimiedad le pide a La Tuta que ajuste cuentas con el reportero.
Estamos ante un fenómeno de narcopolítica. Y lo que defiende la dirigencia perredista (con la honrosa excepción de la secretaria general, Hortensia Aragón) es de dar vergüenza.
Con el peso de la opinión pública encima, los dirigentes parlamentarios del PRD han dado unos pasos atrás.
Pero este zigzagueo se ha dado después de que lo metieran a San Lázaro para investirlo de fuero. Después de haberle festejado a Godoy la bravuconada de que las acusaciones en su contra eran “una mamada”.
Cuando Carlos Puig sacó al aire las conversaciones en W Radio, a Godoy lo arroparon. Lo defendieron con argumentos insostenibles, como que “está siendo víctima de un linchamiento mediático”.
Si desde el inicio del problema hubieran invitado a su legislador a pedir licencia, estaríamos ante una reacción sensata.
No ha sido así. Ha campeado la ambigüedad en un tema que no la admite.
El PRD está en un problema grave, y en lugar de salir de él con hidalguía y resolución, se comporta con altanera displicencia.
¿Y el PAN? ¿En qué país vive?
phl@razon.com.mx
Twitter: @phiriart
Fuente: La Razón
No hay comentarios:
Publicar un comentario