Jesús R. Cedillo
Aunque a este escritor le gusta y le acomoda la fama, la semana pasada los reflectores casi me quemaron. Fue como un cerillo arrastrándose sobre la superficie áspera y rugosa de su encendedor. Luego, el fogonazo…
La chispa me deslumbró. Pronto, la luz empezó a menguar. El humo emprendió su retirada, se disipó y hoy de nuevo, para fortuna mía, veo claro. A las autoridades de gobierno locales, de sus diversos estamentos (municipal o estatal), les tengo un solo mensaje: ¿quieren que deje de escribir? No lo van a lograr. ¿Quieren mi pluma? Vengan a arrebatármela. Vengan por ella.
Vivo en la calle Ramos Arizpe 247, en pleno centro de mi ciudad, Saltillo, Coahuila. Mi casa mira al norte y no al sur. La fachada de mi residencia es un tanto mezquina, pero por dentro, es una casa muy confortable para vivir. La reja es negra, tiene un pretil-jardinera que asoma de la ventana del segundo piso, es de color rojo-ocre. Es todo.
Como una formación de guerreros espartanos, firmes y duros, armado sólo con una pluma y de escudo una libreta, este columnista deja constancia escrita y agradece a los siguientes compañeros de guerra que jamás me dejaron y lo apostaron todo. Especiales gracias a Carlos Arredondo, Víctor S. Peña, Ricardo Mendoza y Luis Carlos Plata.
Dejo constancia escrita y doy las gracias a las siguientes personas que se preocuparon y mandaron llamadas, mensajes o bien, hablaron con este escritor debido a los acontecimientos de todos conocidos: gracias a la becaria Cynthia Moncada (entre divertida y preocupada, jamás me dejó solo). Gracias a los académicos José Luis y Martín Martínez Ávalos. Al diputado Francisco Tobías. A don Blas Flores. Al maestro Armando Fuentes Aguirre y Gerardo Hernández. A Lucía Sánchez. A mi amigo Gerardo Hernández López. Gracias a Jesús Carranza.
Gracias a uno de los periodistas más influyentes en la radio (XESJ), don Antonio Moreno, mejor conocido como “Toño”. Gracias a Osvaldo Quiroz. A TV Azteca y todo su equipo. Al reportero Christyan Estrada. Gracias a los juristas José Moreno Reyna, Luis Efrén Ríos y Jesús Santos, quienes pusieron a mi disposición sus respectivas baterías de abogados para iniciar una guerra de proporciones épicas. Gracias a la señorita que parece modelo de pasarela, la guapa Lily E., a quien la seduje como “matón”, no como “buena gente”. Divertida, la universitaria estaba solazada de lo lindo con la escaramuza. Gracias a Marta Betancourt. A don Rogelio. Al periodista Conrado García Jamín.
Esquina-bajan
Gracias a Alfredo Dávila por el generoso tiempo en RCG. Al señor Mena Soto. Gracias a Sergio Martínez, “El Brother”. Al periodista Humberto Vázquez. Gracias a Javier Hernández González. Gracias a mi compañero de armas eterno, Juan Cisneros Cortés. Gracias al poeta Alfredo García. Gracias a Juan Ramón Cárdenas, chef de sabor huracanado. A mi primo David Herrera, hijo de mi tío Simón Herrera. Mis amigos periodistas y escritores de México, Monterrey, Tijuana, Durango, Chiapas…
Gracias atentas a don Antonio Dávila Campos y Sergio Alvizo. A José Luis Moreno, un caballero. A Samuel Rodríguez Martínez. A María Emma. A Jorge L. Chávez. A Gerardo Segura y Gloria Luz González. Especiales gracias y amor hacia ARBV: jamás podré agradecerte lo suficiente. Gracias a Gerardo Garza Melo. A Héctor Silva Chacón. Gracias a los meseros de los diferentes restaurantes que frecuento. A mi aseador de calzado.
A don Germán Froto y Madariaga. A don Jorge Froto (quien doblado de risa, me dijo que soy el líder de la nueva agrupación musical llamada “El Cártel de los Intelectuales”). Gracias a Nancy Ibarra. A Arturo Rodríguez García, de “Proceso”. Gracias a Víctor Hugo Hernández y Mario Gálvez. Gracias a Esther Quintana. A José Gpe. Martínez Valero.
Letras minúsculas
Este columnista agradece como siempre, mano por delante, a sus editores, la señora Diana Ma. Galindo de Castilla y don Armando Castilla Galindo.
Fuente: Vanguardia.com.mx
Y me permito agregar algunas frases que dejan muy en claro su valiente exposición. Dijo Cedillo hace poco: Ontológicamente se podría decir que vengo de una tradición, que es la tradición de los seres humanos libres, ontológicamente vengo de una tradición occidental, de tratar de pensar libremente; en el sentido personal vengo de una madre y padre saltillenses y me siento muy orgulloso de haber nacido, haber crecido y tal vez morir en mi ciudad. ¿A quién sigo?, es curioso porque este tipo de preguntas tan abiertas siempre son difíciles de responder, en materia periodística intento seguir el oficio de grandes periodistas que han existido en la historia de la humanidad.
El debate político enfrenta varias coyunturas que se han venido presentando en México, una de ellas es cuando cae el viejo régimen priísta; Vargas Llosa en algún coloquio allá por los años 90 dijo que el PRI era el oficio de la dictadura perfecta en México, que es decir, no obstante se disfrazaba de democracia era una verdadera dictadura; cuando cae esta ‘democracia’ y llega el oficio político del PAN el debate político se polariza, los gobernantes de los estados ya no tiene a quien rendirle tributo y México se ‘balcaniza’ los gobernantes en turno quedan como caciques y dueños del país, en Puebla hay un cacique llamado Mario Marín, en Veracruz hay otro llamado Fidel Herrera, en Coahuila hay ciertos dueños, esto ha venido a polarizar el debate político por lo cual los dos presidentes débiles que han egresado de las filas de Acción Nacional están en una dinámica de no ejercer el poder, esto ha venido a lastimar el debate político. (http://circulo.vanguardia.com.mx/home/rsvp/238)
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