Hoy en día la tecnología se ha metido hasta por debajo de las sábanas. Yo mismo tengo en mi cuenta de Twitter más de 10 mil 600 seguidores y contando. A ellos les cuento detalles íntimos e incluso les comparto aspectos de mi personalidad, aunque a muchos no les vea el rostro nunca.
En Facebook, igual. Uno se entera de quién ha cambiado su estatus sentimental, mira las imágenes de cada pareja y se da cuenta de quiénes se sienten felices y quiénes, por el contrario, tienen graves problemas. Todo a través de las redes sociales en las que hoy en día nos comunicamos.
Pero en términos de pareja y sexo, ¿esto en qué puede afectar? ¿Hasta dónde debemos poner límites? ¿Qué se debe compartir y qué no? El sitio electrónico The daily beast establece algunas reglas, a las que yo he agregado mi ración extra de picante.
Intercambiar passwords: muy mala idea. No se trata de que alguien tenga algo que esconder al otro, sino que al final nunca se sabe el uso que se le dará, y puede generar problemas. Intercambiar passwords podría abrir la caja de pandora de la tecnología y las relaciones. No es necesario tener acceso total a cada detalle de la vida del otro, a menos, claro, que se desconfíe o el otro dé motivos para desconfiar.
Estatus de relación en Facebook: cambiar el ícono con el corazón cada tres meses no es muy buena idea. Mejor dejarlo en blanco o hacerlo hasta que se trate de una relación realmente estable. Facebook no debería ser la parte más importante de una relación amorosa, aunque a veces sea la manzana de la discordia en más de alguna pelea acalorada. Lo importante es hablarlo y acordar lo que sea importante para la pareja, y que no la dañe, no para los 259 amigos que… no conoces.
Comunicar a dónde vas en Foursquare: sobre todo, claro está, si a esos lugares vas sin él o sin ella y, especialmente, si ella o él te creen en casa agotado de cansancio como se lo dijiste vía telefónica minutos antes. Si una relación amorosa es ambigua, mejor ni meterse en ese menester.
Bloggear acerca de la relación: a veces, claro está, será inevitable. Pero recuerda que lo que subes a la red pocas veces podrá ser borrado o echado atrás. Usar fotos muy privadas en un blog abierto puede ser perjudicial para la relación a futuro, si deciden terminar o si la relación cambia de momento. Tampoco es recomendable hablar de rupturas, hablar mal de tu ex pareja, ni decir que están atravesando un mal momento. No sabes hasta dónde podría llegar todo eso.
En pareja, no mires televisión mientras estás conectado a la red: o estás con tu pareja o miras la TV o Internet. No las tres cosas al mismo tiempo, pues quien está navegando en la web atenderá lo que ocurre en su mundo web, mientras que el que ve la televisión se sentirá abandonado o querrá compartir lo que ocurre en la pantalla chica. Mejor, en todo caso, ¿no han pensado en dejar ambas pantallas, botarlas a un lado y ponerse a tener sexo?
Leer un iPad en… la cama: no, no es nada sexy. Lo sabemos, él puede quedarse horas leyendo mientras ella muere de aburrimiento. O viceversa. Hacer el twitter mientras se está en la cama no es muy sexy que digamos, no al menos para la pareja que tenemos al lado. Si ella o él comienza a hablarle a quien lee, todo se remitirá a un “ajá” o un “mmmm, si”, cuando en realidad el otro no lo está escuchando. Mejor, darle un tiempo a cada cosa. Todas sí, importantes, pero no deberían ser en el mismo momento ni en el mismo lugar. La cama es un lugar casi sagrado…
Invitar a amigos a casa a través de un evento de Facebook: si viven juntos, la casa será ahora de ambos, pero hacer una fiesta en la que estén invitados TODOS los amigos de ella o de él sin consultarle al otro puede acarrear problemas muy serios en la relación. Obviamente, tanto ella como él deben ser anfitriones de los invitados, pero habrá ocasiones en que ni él ni ella se encuentren dispuestos del todo para ello. Lo mejor es hablarlo y acordar algo.
Internet puede ser peligroso: hay que tener cuidado de qué se postea, qué se dice y qué se habla, sobre todo por temas de seguridad en países como México. También porque puede ser usado en tu contra si se trata de información o fotografías a las que se les podría dar un mal uso. Mejor saber qué compartes, cómo y con quién.
Fuente: de10.com.mx
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