No es la primera ni será la última vez que nos digan flojos. En Estados Unidos, uno de los íconos de la radio, Howard Stern, se ha referido en diversas ocasiones a los mexicanos y los latinos como “unos ignorantes”, que “no tienen educación, son unos borrachos y flojos” (La Opinión, 28 de abril de 1995).
En la radio, la televisión, el cine y hasta en las tiras cómicas de diversos países occidentales, el mexicano es representado con jorongo y un enorme sombrero, durmiendo plácidamente a lado de un nopal. Ahora, tocó el turno a los conductores de Top Gear, que se transmite en el canal BBC Two y que, de acuerdo con Wikipedia, es un programa que “trata en tono de humor sobre el mundo del motor, principalmente sobre automóviles”. Se estima, según la misma fuente, que cuenta con una audiencia importante que ya quisiera el canal 2 de Televisa: 350 millones de espectadores en todo el mundo.
Con base en las crónicas de lo sucedido y los videos replicados en infinidad de sitios en Internet, el pasado 30 de enero, al hablar del automóvil deportivo mexicano Mastretta (cuyo nombre se basa en el apellido de los hermanos que lo manufacturan), uno de los presentadores del programa, Richard Hammond, aprovechó para decir que los mexicanos son “perezosos, inocentes, con flatulencia, obesos y recargados en una barda, viendo cactus y cubiertos con una sábana con un hoyo que usan como abrigo”.
El Universal documentó que tampoco era la primera vez que de ese programa se hacían alusiones despectivas a los mexicanos. Otro de los conductores, Jeremy Clarkson, en el 2008, propuso en el portal del programa “bombardear” tanto a los banqueros estadounidenses como a los mexicanos al culparlos de la inminente crisis económica que se avecinaba.
Por los comentarios, calificados de racistas, la Embajada de México en el Reino Unido exigió a la cadena televisiva BBC una disculpa pública por parte de los conductores del programa. Hasta el cierre de este artículo, los legisladores también estaban por hacer un pronunciamiento similar y el Instituto Mexicano de la Radio(IMER), del Conaculta, tomó la decisión de suspender temporalmente la retransmisión de los programas radiofónicos de la BBC como una manera de manifestar su descontento por lo sucedido.
Las encuestas confirman que, en efecto, los mexicanos estamos entre los más gordos del mundo y con una enorme propensión a la diabetes. Los “amenos” conductores no dijeron mentiras. De que somos perezosos o flojos, también hay encuestas que lo confirmarían, aunque en ciertos aspectos. Por ejemplo, en febrero del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que México ocupa el séptimo sitio entre los países más perezosos, que no hacen ejercicio, después de Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Turquía e Inglaterra (esto significa que los ingleses incluso nos superan en “flojera”).
Otras encuestas, como la que el Conaculta dio a conocer el año pasado sobre el consumo cultural en nuestro país, demuestran que los mexicanos leemos muy pocos libros, no frecuentamos los museos ni otros espacios culturales y en nuestro tiempo libre preferimos “no hacer nada” o “ver televisión”. Tampoco en esto dijeron mentiras los presentadores. Sobre el tema de las “flatulencias” no encontré datos duros, pero lo que duele a muchos mexicanos es que sean los extranjeros -en ese tono de burla- los que nos caractericen de esa manera.
Los comentarios, imágenes o caracterizaciones racistas son un problema que se presenta en infinidad de países en el mundo. Hay decenas de estudios al respecto (véase, entre otros, el sitio www.racismoenlosmedios.com). En México, la Ley Federal de Radio y Televisión, en el artículo 63, prohíbe los contenidos sean discriminatorios de razas. Pese a esto, son frecuentes las transmisiones en las que se discrimina a los indígenas mexicanos y a los extranjeros.
Para no ir más lejos, en julio del año pasado, Los Ángeles Timespublicó una nota en la que calificó a Televisa de racismo en la cobertura del Mundial de Futbol en Sudáfrica por utilizar a actores pintados de negro y con vestimentas aborígenes para representar a los sudafricanos. Su competidora, Televisión Azteca, tuvo en agosto y septiembre de 2008 un “extrañamiento” de la Secretaría de Gobernación por la transmisión de un anuncio de Iusacell cuyo contenido fomentaba la “discriminación de razas” y era un “atentado contra la amistad y cooperación internacional”.
Mónica Cejas, en un excelente libro denominado Leer y pensar el racismo (Universidad de Guadalajara y Universidad Autónoma Metropolitana, 2004), afirma que la raíz del racismo está “en el acto de crear diferencias, otredades” y que es un “fenómeno inseparable del proceso identitario”. El objetivo es establecer límites entre “nosotros” y los “otros”. De esta manera, tratan de ejercer poder sobre el otro, fomentando la exclusión.
Lo ocurrido en el programa Top Gear no es casual ni un hecho fortuito. Es una manera de vernos y representarnos, cotidianamente, a los latinoamericanos y a los mexicanos. ¿Lo podemos evitar? No, pero dejar pasar el hecho a nadie conviene porque es justo en las formas de donde se derivan los pequeños, medianos o grandes conflictos internacionales. El gobierno mexicano hizo bien en manifestar su protesta, pero debe actuar con la misma energía cuando aquí, en México, ocurren hechos similares. (La Silla Rota)
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