Vamos a hablar del alcohol y el poder. De esos presidentes de grandes y medianas potencias que no tienen mucho cuidado con lo que beben, sin emitir juicio alguno porque el que esté libre de alguna adicción (la TV, Facebook y Twitter incluídos) que tire la primera piedra.
Boris Yeltsin
El hombre que sucedió a Mijail Gorbachov y cuya determinación hizo posible la transición rusa, fue víctima del alcohol.
Sus payasadas y ocurrencias fueron famosas en toda Rusia. Pero también vivió situaciones bochornosas.
Para no caer en el tópico de que los rusos beben mucho vodka, vamos a caer en el de que los franceses beben mucho vino. Supongo que a estas alturas todos conocerán a Nicolas Sarkozy, Mr. Carisma.
Cómo olvidar la famosísima conferencia de prensa que ofreció el Mandatario francés después de una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin.
Los reporteros de Francia, al igual que los rusos y los de todo el mundo, dieron cuenta del estado del presidente galo.
Sin embargo, ni Nicolas Sarkozy, ni miembros de su gabinete pretendieron negar el bochornoso momento.
José María Aznar
Ningún político señalado por su afición a la bebida —ni a sus secretarios— tuvo la ocurrencia de negarlo, y mucho menos de poner como prueba la agenda de actividades.
Al contrario, quizá el secreto para evitar un escándalo consiste en reconocer el hecho a manera de aclaración, como lo hizo abiertamente José María Aznar cuando fue presidente de España: “¿Quién te dijo a ti que me digas las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber? Déjame que me las tome tranquilo mientras no ponga en riesgo a nadie ni le haga daño a los demás”.
Tony Blair
Uno de los más populares y poderosos primeros ministros de Inglaterra a quien nunca se le vio desplomarse, ni ser asistido por sus ayudantes para poder caminar.
Uno de los más populares y poderosos primeros ministros de Inglaterra a quien nunca se le vio desplomarse, ni ser asistido por sus ayudantes para poder caminar.
Tony Blair no cancelaba citas, ni giras, ni audiencias.
Era un hombre joven cuando asumió el poder. En 1997 tenía 44 años, y fue tan popular, que ejerció como Primer Ministro durante 10 años.
En sus memorias, Blair confesó que era un bebedor cotidiano. Sin embargo, dicho testimonio no es más importante que la advertencia que hizo a sus lectores en “A Journey”:
“Yo creía que tenía control sobre el alcohol. Sin embargo, tienes que ser honesto: es una droga, no hay manera de apartarte de ella, así que hay que tener cuidado. Nunca hay que confundir su naturaleza, y hay que ser honesto de cómo puede relacionarse con tu vida”.
“El alcohol es una alivio para las presiones. Es un estimulante. Puede hacer tolerable una tarde aburrida... aunque puede llegar a formar parte de tu vida.
Cuenta que cuando era primer ministro, solía beber whisky o gin and tonic antes de cenar. Y un par de copas de vino o hasta media botella. Así que no era “excesivamente excesivo”.
Y por supuesto que los ingleses sabían de las afinidades etílicas de >Blair, al grado que le compusieron algunos videos satíricos, como éste:
George Bush
En su autobiografía, Bush cita una pregunta que le había hecho su esposa Laura: “¿Puedes recordar el último día en que no tomaste una copa?”. Aunque Bush le dijo que sí, en realidad no podía precisarlo. Y ésta es sólo una de las anécdotas que el ex presidente consigna en su libro.
Pero basta ver en el siguiente video el tremeno "Oso" que armó durante Juegos Olímpicos de Beijing:
Richard Nixon
Primero como vicepresidente con el célebre general Dwight D. Eisenhower y después como presidente de EU, logró lo que no habían podido conseguir sus antecesores: pacificar Vietnam y llegar a un acuerdo con China. Sin embargo, solía beber en exceso.
En éste video se reproduce una conversación telefónica sostenida entre el entonces Presidente Nixon y su Jefe de Styaff H. R. (Bob) Haldeman en la que la voz de Nixon y las maldiciones que expresa, reflejan un claro estado etílico.
A pesar de que Nixon le dice a Haldeman que lo quiere como a un hermano, por la noche lo obliga a renunciar junto con su Asesor en Jefe John Ehrlichman, por su relación con el escándalo "Watergte" y por haberse filtrado a la opinión Pública.
O sea, que se refrenda el dicho: "No hay borracho que coma lumbre".
En éste video se reproduce una conversación telefónica sostenida entre el entonces Presidente Nixon y su Jefe de Styaff H. R. (Bob) Haldeman en la que la voz de Nixon y las maldiciones que expresa, reflejan un claro estado etílico.
A pesar de que Nixon le dice a Haldeman que lo quiere como a un hermano, por la noche lo obliga a renunciar junto con su Asesor en Jefe John Ehrlichman, por su relación con el escándalo "Watergte" y por haberse filtrado a la opinión Pública.
O sea, que se refrenda el dicho: "No hay borracho que coma lumbre".
La perla de la corona es nada menos que el Presidente Berlusconi de Italia, quien ebrio o sobrio se comporta de la misma forma: como un verdadero patán. Vea y califique:
A final de cuentas, el mal no está en beber tal o cual cantidad de alcohol, ni en emborracharse de vez en cuando, sino en lo que uno hace a los demás, estando sobrio o bien servido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario