Saltillo.- Caminan con su dolor a cuestas, con un silencio de muerte en las miradas y con la ausencia de sus familiares prendidas a sus almas. Es la Caravana de Madres Buscando a sus Hijos Desaparecidos en Tránsito, guiada por la esperanza de que alguien los haya visto, de que su nombre sea reconocido, de encontrarlos vivos.
Las 33 mujeres incansables van con las fotografías de sus desparecidos al cuello, como estigmas de su memoria que no dejan de preguntarse “¿en dónde están?”. Y las respuestas que aún no aparecen.
Ayer el cadáver de una hija, madre o esposa que parte en busca de una mejor vida y encuentra la muerte, fue encontrado por la caravana.
Una salvadoreña cuyo cuerpo permanecía en el Semefo desde el 21 de agosto pasado, por fin podría recibir sepultura luego de ser localizado.
Se trata de una joven de nombre Saira Estefani Aranda, quien fue hallada sin vida en el kilómetro 11 de la carretera a Torreón.
Ayer las madres de migrantes llegaron a la Delegación Sureste de la Fiscalía para buscar a sus familiares entre los 19 cuerpos que no han sido reclamados y se encuentran en el Semefo.
Las mujeres pudieron ver fotografías de los cadáveres a fin de saber si entre estos estaba alguno de sus familiares.
Aunque las madres que se presentaron no tuvieron suerte, reconocieron el cadáver de la salvadoreña, y señalaron que ellas se comunicarían con los familiares de la joven en El Salvador, a fin de informarles y que pudieran recuperar el cuerpo de su familiar para darle sepultura.
Oran por sus hijos
En medio de este viaje, una misa en la Catedral les devuelve el aliento a las 33 mujeres, y les recuerda las fuerzas y esa infranqueable voluntad que tienen.
El padre Pedro Pantoja les dice que la lucha que libran es muy importante, pues es por la paz y la justicia “porque son valientes y en esa valentía hacen realidad la justicia”. Y lo más importante, les recuerda que no están solas, y que esa búsqueda no cesará hasta hallar la verdad.
Con las oraciones se encomiendan a Dios, se ponen en sus manos para no dejarse abatir. El sacerdote pide un momento de silencio en honor a estas personas, que si bien dura unos segundos, con los ojos cerrados, se sienten como años, como si el dolo fuera de todos nosotros.
‘Queremos una disculpa’
Como un “acto delincuencial” calificó el padre Pedro Pantoja las agresiones que el pasado jueves 3 de noviembre sufrieron mujeres de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec) por parte de militantes priístas, minutos antes del Sexto Informe de Gobierno.
Alguien tiene que ser responsable, dijo. Nombró primeramente a los policías por no haber intervenido; en segundo término a todos aquellos que las asustaron y las utilizaron sabiendo que es una causa de mujeres, una causa maternal.
“No aceptamos la disculpa de un subsecretario del subsecretario de otro subsecretario. Queremos la disculpa del Gobernador porque él estaba presente en su informe”, exigió. Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario