Muchos recordamos a Tobías como el sufrido y siempre leal carga-maleta del entonces alcalde Humberto Moreira Valdés; allí proyectaba humildad, lealtad y una incondicionalidad a toda prueba. Pero el hoy legislador ha cambiado. La humildad se convirtió en choque y la lealtad en servilismo. Porque con sus actitudes que nada tienen que ver con el quehacer legislativo, Francisco Tobías pone en claro que lo que menos le importa es la defensa de los ciudadanos mediante leyes, decretos, reglamentos y acciones de gestoría, pues su chamba se ha limitado a atacar los blancos que se le indican.
Su aportación legislativa es pobre. Sus discursos se enfocan a la represión de los bandos azules y a cumplir las instrucciones del inefable Presidente, Fernando Donato de las Fuentes, entre otros mandantes.
Lejos de mantener una postura neutral o al menos en defensa de la pluralidad ideológica de los ciudadanos y sus familias, el diputado enseña el cobre y por un lado ataca a quienes critican al gobierno, por otro flanco presenta denuncias a los contrarios y ahora hasta se atreve a "retar" a un dirigente empresarial -Víctor Alducín- a que demuestre que paga el Impuesto Sobre Nóminas.
El legislador está insuflado y mareado de poder. Confunde el fuero (temporal) con la inmunidad y la impunidad. El reto de Francisco Tobías no molestó a Alducín, sino a los representados de éste, los ya de por sí enfadados empresarios pertenecientes a la COPARMEX de la región lagunera.
Esos desplantes equivalen a avivar el fuego por lo que bien haría el diputado en quedarse callado y retomar su postura de arduo trabajo y humilde desempeño, para permitir que el gobernador entrante pueda maniobrar políticamente sin un ambiente enrarecido con sus bravuconerías que a nada han llevado.
A finales del año pasado tuve la oportunidad de impartir unos cursos en Venezuela y allá conocí a unos activistas sindicales que en una charla amena hablaron del servilismo como enemigo del cambio. Anoté y adapté sus conceptos que aquí quedan como anillo al dedo: El servilismo es la peor tragedia, el mayor estrago que nos ha dejado la colonización; mientras muchos se sigan sintiendo reyes, la esclavitud persistirá.
Mantener una indiferencia ante la libertad es verdaderamente preocupante, cuando vemos que el hombre no se considera ni se respeta a sí mismo y peor aun no se siente digno de ser un ciudadano, mucho menos un legislador. Bien lo decía Juan Jacobo ROSSEAU “Viviendo entre cadenas los esclavos lo pierden todo, hasta el deseo de librarse de ellas”.
Realmente nos preocupa lo que esta pasando en nuestro entorno, lo que esta pasando en el estado y en el país; la gente que quiere salir de las manos del miedo opresor y sin embargo se aferra a seguir creyendo las mismas mentiras. Los enemigos de este proceso, infiltrados hoy en todas las esferas del gobierno, entienden y encaminan el proceso "revolucionario" por las sendas del entreguismo, la adulación villana y el servilismo repugnante; son los medios eficaces que emplean estas almas negras, no entendiendo que en una sociedad donde el soberano se cree representante de poderes omnímodos anula la libertad y hasta la dignidad humana, quedando tan solo la sumisión al poder de los que mandan.
Señores funcionarios, legisladores y en general amantes del servilismo: imponen ustedes que quienes detentan el poder no exija por derecho, que apele a las lisonjas, las humillaciones vergonzosas, todo ese conjunto de practicas procaces que usa siempre el perro al lamer la mano de su amo, suplicando compasión y esperando mendrugos.
Están buscando todos ustedes por intermedio de sus amos, hombres resignados y que mendiguen compasión y misericordia, están buscando ustedes doblegar las conciencias y voluntades ajenas. Entienden ustedes amantes del servilismo, y así se lo hicieron entender sus amos, que de poco o nada sirven los méritos y las aptitudes de las personas, ante las arbitrarieC3� a Alducín, sino a los representados de éste, los ya de por sí enfadados empresariuían el curso de esta tan esperada renovación sexenal.
Nos quieren conducir ustedes amantes del servilismo, en medio de esta quiebra de valores morales y sociales, y con una conducta de besa manos, a ser unos lacayos fieles de sus amos, el dinero y el poder. ¿No han entendido ustedes señores, que el servilismo hace lucir indigno a quien lo practica?, Pues se presta a realizar tareas impropias de su nivel y acaba por atosigar a quien lo recibe. El servilismo señores, ciega, hipnotiza, ridiculiza y corroe la moral del hombre.
El caso del diputado Tobías es solo un ejemplo de aquellos que olvidaron cuando cargaban el maletín del jefe y ahora se sienten soñados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario