A propósito de Noviembre…

Esther Quintana Salinas

Durante estos seis años de dominio político moreirista en Coahuila, se ha construido un "régimen" basado en el control de la sociedad y de los ciudadanos, sostenido en el lomo de un partido político, el PRI, del que se adueñaron a ojos vistas, y que aprovechando lo que naturalmente le caracteriza, es decir, su vocación antidemocrática, montaron desde ahí un eficaz y perverso sistema de premios y castigos públicos y económicos que les ha dado un poder desproporcionado e ilícito, los ha enriquecido hasta la indignidad, beneficiado a sus cómplices y castigado a sus adversarios.

Coahuila es hoy ejemplo de “eficaces” captadores de comisiones y subvenciones públicas, de decenas de contratos millonarios de publicidad e imagen, de beneficiarios de pensiones vitalicias otorgadas por obra y orden del Ejecutivo con la colusión de su mayoría en el Legislativo, de amigos y amigotes con cargo en el sector público. Hay toda una zoología de predadores, integrada por expertos en comercializar contratos, concesiones, subvenciones, expedientes, préstamos trinqueteros con bancos igual de trinqueteros. Sin faltar por supuesto, la nueva generación de cachorros del régimen, recaudadores, comisionistas de todo tipo, familiares cobrando del erario público, con toda la desfachatez de la impudicia, Muchos empresarios corrompidos hasta el tuétano que viven de los negocios que la nomenclatura les proporciona y otros tantos que aunque se tapan la nariz - por el hedor de las componendas - respiran profundo y pagan la cuota, conscientes de que es el precio para seguir nadando en la “prosperidad”.

El dinero, abundante como nunca en la historia económica de la entidad, se utilizó para ganar adeptos, premiar a los adictos y acorralar a los adversarios. Hay listas negras de personas y empresas que nunca pudieron ganar un concurso – ahora deben estar agradeciéndole al Creador - y a las que se les hizo la vida de cuadritos, nomás porque no comulgaban con el credo oficial. Concursos públicos otorgados "a dedo", siempre a amigos. Una red de comisionistas que abrían puertas para obtener fácilmente contratos y subvenciones y generar fideicomisos fantasmas. Endeudamiento y más endeudamiento, pero había que pagar favores y colocar a los amigos del régimen…ah…y armarle la sucesión al heredero, de la misma sangre y con la misma escuela y sumarle a la polla para lo del 2012.

La impronta del moreirismo agobiante, densa, asfixiante, en todos los medios de comunicación que se le rindieron – y se le siguen rindiendo - , metidos en la universidad, en los sindicatos, en las organizaciones no gubernamentales, en las cámaras, en la iglesia de cualquier credo, en las asociaciones de vecinos, en colegios de profesionistas, no se diga en los tribunales, en el ICAI, en el IEPEC, con sus farmacias de la gente, con sus uniformes escolares de la gente, con sus condones de la gente. Obsesivos, castrantes, autoritarios, dictatoriales. Y con toneladas de dinero, del que no dan cuenta a nadie, porque tampoco la transparencia es prioridad.

Coahuila dominada por el moreirismo hoy nos revela su nuevo rostro. Esa es la presentación “deslumbrante” de la campaña generada - $$$$$$ - para su lanzamiento. Coahuila es otra, claro que es otra, uno a uno van saliendo los escándalos financieros de los que el profesor se deslinda olímpicamente. Víctima de una campaña negra orquestada por sus opositores, del PAN, para concretar. Que falta de imaginación…pero es que es tan ocurrente. Estamos ante el escenario desolador de un régimen corrupto y corruptor, ante el ejemplo vivo del abuso y desenfreno de una clase política que cree que Coahuila es de su propiedad. Y la gente de Coahuila está viendo los estragos, está impresionada por el grado alcanzado por el abuso y la corrupción, pero también tiene mucho miedo.

El último acto de la opera bufa lo montó la nomenclatura el pasado miércoles 3 de noviembre en la vía pública aledaña al Teatro de la Ciudad, durante el Informe del gobernador interino. ¡Que deplorable! Signaron su bajeza con la violación a garantías individuales, a dos de ellas, sagradas y significativas, la libertad de expresión y la de protestar por algún acto de autoridad. Ya nos quedó claro que en Coahuila está prohibido disentir y menos, pero mucho menos, salir públicamente a manifestarlo, aunque no vaya usted armado, ni profiera injurias físicas ni verbales. Incluso se hizo saber en la Secretaría de Gobierno, desde el día anterior, que iríamos a manifestarnos y como lo haríamos. Y ni así. La policía permaneció cruzada de brazos, no levantó un solo dedo para contener la agresión de la fuimos objeto, y tampoco la de las personas que fueron a manifestarse por la desaparición de sus seres queridos, que sigue sin resolverse, y que no tienen ningún vínculo con Acción Nacional, ni con sus diputados.

Esta es la otra Coahuila.

(La autora es Diputada local en Coahuila y el texto fue publicado por el periódico Vanguardia)