"PRI: SEMILLERO DE TODOS LOS CÁRTELES": VALLEJO

En 1987, por iniciativa de la Universidad de Guadalajara (UdeG), nació una feria. A la convocatoria acudieron 240 editoriales, 64 autores y se presentaron 37 novedades literarias. A las actividades acudieron 153,000 asistentes.

Cinco lustros después, las cosas son diferentes en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: a la cita han acudido 1,500 editoriales, se espera la presencia de 500 autores y, si la tendencia se mantiene, por los pasillos del recinto caminarán, después de nueve días, más de 600,000 asistentes. Con esos números arrancó la vigésima quinta edición de la feria que, en su ceremonia inaugural, escuchó a Fernando Vallejo, premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011.

En un numeroso presidio de notables, Jorge Volpi tomó la palabra en representación del jurado del Premio FIL en Lenguas Romances. El escritor indicó que se eligió a Fernando Vallejo por ser una voz “primordial, controvertida y exuberante de la literatura en español”, alguien que “no deja a nadie indiferente” y cuya literatura aborda los “conflictos del ser humano”.

Juan Cruz calificó al escritor colombiano-mexicano como “destructor, constructor, veterinario, solitario, compañía, solidario, genial, artista, martillo de los ortodoxos, azote del Papa y hereje ejerciente. Y un músico”.

Recordó que en el 2007 Vallejo “dijo las peores barbaridades de esta feria que hoy lo premia” y concluyó diciendo que se trata de un autor al que “todos los adjetivos le van”.

No decepcionó, escandalizó

Fernando Vallejo tomó el micrófono y no decepcionó: tras unas frases de cortesía leyó su texto sin levantar la mirada, Vallejo hizo reír a los asistentes al contar la historia de su vida y de su llegada a México: explicó que en la infancia aprendió de su madre -“una mujer de casa, entregada a la reproducción como quiere el Papa”- que el dinero ensucia y que por eso todos habían sido pobres -“si hubiera estado en la escuela del PRI, hoy estaría millonario”, añadió-; recordó a Chava Flores y su célebre canción “La Bartola”, y dijo que “esa canción le cantaba México al PRI cuando llegué a México, y se la siguió cantando otros 30 años, hasta que lo tiró mi gallo”.

Luego hizo una declaración que arrancó los aplausos de casi todos los asistentes: “El PRI es el semillero de todos los cárteles de México”. ¿Quiénes no aplaudieron? Aristóteles Sandoval, presidente municipal priísta de Guadalajara, que no pudo hacer nada por estar sentado en el presidio, y Miguel Castro Reynoso, su homólogo de Tlaquepaque, también del tricolor y que abandonó la ceremonia inaugural. Luego se desahogó en su cuenta Twitter escribiendo: “Dejamos la FIL porque Fernando Vallejo no puede acusar como lo hace, ni medir a todos con el mismo rasero...” y también “La feria de las letras no es escenario para polarizar a la comunidad, menos aún cuando padecemos la peor de las violencias. Es irresponsable”.

Para cerrar su participación, dictó lo que, dijo, eran sus tres mandamientos: “Uno: No te reproduzcas [...] Dos: Respeta a los animales que tengan un sistema nervioso complejo [...] Tres: no votes. No te dejes engañar por los bribones de la democracia y recuerda siempre que no hay servidores públicos, sino aprovechadores públicos […] y si por la falta de tu voto un tirano se apodera de tu país, ¡mátalo!”. Al escuchar esto, el público bajó el tono y apenas hizo sonar un muy discreto aplauso.

Fueron apenas unas frases, ideas pergeñadas por el narrador sudamericano nacionalizado mexicano, para integrar su discurso de recepción del premio estelar de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara que abrió sus puertas a la edición 25 este sábado, pero que calaron explícitamente en al menos una persona: Miguel Castro, presidente municipal de Tlaquepaque, quien salió del salón indignado por las referencias a su partido.

“Cada que cogíamos una moneda, mi mamá nos decía: “Vaya lávese las manos m’hijo, que tocó plata”. De unos niños educados así, ¿qué se podía esperar? Puros pobres. Me hubieran educado en la escuela del PRI, y hoy estaría millonario”, dijo Vallejo. Y más adelante: “La siniestra Policía del PRI, semillero de todos los cárteles de México”.

Sin decir su nombre, todo mundo entendió que hablaba de Fox: “Mi gallo era un gallo con botas. No bien subió al poder y se instaló en Los Pinos, se infló de vanidad y se transformó en un pavorreal, y el pavorreal en un burro, y la quimera de gallo, pavorreal y burro empezó a rebuznar”.

Ya en la conferencia de prensa posterior aludió al Presidente actual: “Calderón es un hombre indigno del puesto que ocupa y que al igual que Fox, se apoderaron de un partido “limpio”, “dejaron impunes el enriquecimiento del PRI”.

Pero el polemizador había enunciado en su alocución lo que quizás sean sus propuestas políticas más radicales, mucho más que sus, para algunos, escandalosas declaraciones. Fernando Vallejo exhortó a abolir los 10 mandamientos cristianos y seguir tres: “No te reproduzcas, que no tienes derecho”; “respeta a los animales que tengan un sistema nervioso complejo, como las vacas y los cerdos, por el cual sienten el hambre, el dolor, la sed, el miedo”; y “no votes. No te dejes engañar por los bribones de la democracia, y recuerda siempre que no hay servidores públicos, sino aprovechadores públicos. Escoger al malo para evitar al peor es inmoral.”

La FIL es un universo de posturas ideológicas para ser discutidas.