Los priístas exigían a la policía estatal que se llevara a los panistas. "Lárguense", les decían a ellos. Luego la turba de priístas comenzó a agredirlos verbalmente y a arrojarles agua y basura, enseguida comenzaron los empujones, y finalmente, alebrestados, les arrebataron la manta por medio de la violencia, para después hacerlos retroceder por medio de empujones.
El zafarrancho se prolongó por más de media hora en la que los panistas fueron amedrentados, empujados, golpeados y hasta robados por la turba que en varias ocasiones los acorralaron.
Uno de los priístas, identificado como de los principales agitadores, y a quien los panistas señalan que era calvo, gritó al director de prensa del PAN, Zitamar Arellano, “si no quitas esa cámara te voy a chingar”.
Mientras denunciaba que los maestros fueron sacados de las aulas para venir al Informe, la diputada Esther Quintana también fue agredida a jalones y arañazos.
La Diputada panista continuó caminando sin un zapato, luego de que la atacaran militantes del PRI. Aseguró que va a "digerir" la agresión y aseguró que le tienen sin cuidado los ataques.
Mientras tanto, Sigismundo Doguín y Alberto de la Rosa, titulares del Prtección Civil del estado y el municipio respectivamnte, veían desde lejos la trifulca.
En medio del zafarrancho también resultaron agredidos miembros del FUUNDEC y periodistas.
Los panistas se ubicaron frente al Teatro de la Ciudad sobre la Avenida Coss y Candela, tratando de conservar su manifestación.
Para ese momento ya otra manta panistas se había apostado en la entrada lateral norte del Teatro de la Ciudad, junto a otras tres mantas instaladas por miembros de FUUNDEC, quienes se manifestaban con tapabocas y pacíficamente, sin embargo, la turba de priístas llegó hasta allí y arrebató también con violencia, todas las mantas.
Justo a la hora en que Humberto Moreira arribaba al recinto, en la calle Coss se instalaron nuevamente Mario Dávila, Carlos Orta y Bernardo Garza, quienes fueron “fusilados” con botellazos y chorros de agua, hasta ser obligados a replegarse, ante otro conato de violencia, hasta instalarse en la calle Acuña.
“No golpearon, insultaron, es una intolerancia total, a mi me robaron mi celular, a la diputada Ester le robaron un zapato, golpearon en la cara a uno de nuestros muchachos, y agredieron a la prensa. No es posible tanta intolerancia, que ni siquiera respetaron a los de las familias de desaparecidos”, expresó Carlos Orta, quien dio la orden de no continuar avanzando.
Minutos más tarde y ante los ataques, los panistas prefirieron retirarse.
Crédito: Violeta Rodríguez, Jesús Castro / Vanguardia
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