En un país con 30,196 muertes violentas vinculadas a la guerra contra el crimen organizado, un caricaturista, Eduardo del Río,Rius, busca que el pueblo mexicano no se sienta impotente y deprimido, por eso impulsa la campaña ¡Basta de sangre!
“Queremos hacerle ver al gobierno que ya estamos hasta la madre de vivir esta situación de angustia y temor generalizado. Esperamos que la gente se una a esta campaña y deje de estar cruzada de brazos viendo a ver cuando se le ocurre al gobierno parar esta absurda guerra que no está sirviendo de nada”, dijo Rius en entrevista con CNNMéxico.
El caricaturista, autor de más de 100 libros, dijo que “impulsamos una campaña así porque ya basta de que un sólo hombre está decidiendo por todos nosotros, por 100 millones de mexicanos, un sólo hombre ha decidido entablar esta absurda guerra que no tiene para cuando acabar”.
En la campaña que comenzó el 10 de enero, los promotores, entre los que se encuentran otros caricaturistas mexicanos como José Hernández (@monerohernandez) y Patricio Monero(@monosdepatricio), piden a los ciudadanos que en un pedazo de papel escriban las frases ¡Basta de sangre! o No más sangre y que la coloquen en sus autos, ventanas y puertas de su casa o en centros de trabajo.
"Estamos proponiendo que no sea una campaña de caricaturistas o de periodistas sino estamos invitando a la gente, a cualquier que esté harto y que crea que esta guerra es absurda y que el crimen no se termina a balazos, que se manifiesten", dijo Patricio a CNNMéxico.
En el proyecto participan más de 10 caricaturistas mexicanos, quienes proponen que los ciudadanos se manifiesten en las redes sociales como Facebook y Twitter, usando la imagen realizada por Alejandro Magallanes como foto de perfil o avatar.
“Hemos tenido muy buena aceptación. Ya están circulando estas consignas por todo México. Esperamos que la gente las asuma como suyas para que no se sienta deprimida por no poder hacer algo contra esta guerra”, agregó Rius.
En la revista El Chamuco, donde publican sus cartones algunos de los promotores, se recogió la convocatoria: "¿No te sientes mejor por estar haciendo algo por ti y tu familia, y hasta por tu patria? En vez de quedarte con los brazos cruzados esperando a ver a qué horas le toca un plomazo a alguno de tus seres queridos, y entonces sí ponerte a llorar y protestar, ya estás haciendo algo".
La lucha por la seguridad
La llamada guerra por la seguridad inició en diciembre de 2006 con el presidente Felipe Calderón. Entre las entidades más afectadas por la violencia están Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Michoacán y Guerrero.
Algunas corrientes de oposición, académicos y organizaciones civiles han pedido que se cambie de estrategia en el combate a la delincuencia. Sin embargo, el gobierno federal sostiene que seguirán encarando frontalmente a las bandas del crimen para "garantizar la seguridad" de las familias mexicanas, aunque esto "nos va a tomar pérdida de vidas humanas", según las palabras de Calderón en octubre pasado.
"Nosotros, como colectivo de caricaturistas, al principio del sexenio, desde que tomó posesión Calderón y anunció su supuesta guerra, fuimos los primeros en decir que era absurda y que sólo iba a acarrerar mucho más violencia y asesinatos", dijo Patricio.
En su mensaje de año nuevo, el presidente mexicano dijo sobre la lucha contra el crimen: "puedo asegurarles que estamos avanzando por la ruta correcta y que vamos a derrotar a los criminales, para construir finalmente un México de paz, un México seguro, un México donde nadie esté al margen de la ley y donde nadie viva con temor".
“Las frases (¡Basta de sangre! o No más sangre) demuestran lo que está pasando y que la gente ya está hasta la madre de estar viendo todos los días que siguen matando gente que son mexicanos que tienen familia y que dejan desprotegidos a sus hijos, a su padres”, concluyó Rius.
La otra perspectiva
El editorialista Ricardo Alemán va mas allá: Sin duda que nadie quiere el baño de sangre. Pero también es cierto que los fracasos en seguridad pública, en el incontenible avance del crimen y el narcotráfico, son culpa, no sólo del ineficaz gobierno de Calderón, sino responsabilidad compartida del actual gobierno y de las administraciones de Fox, de Zedillo, de Salinas… de todo el Estado mexicano y todas sus instituciones; de los Tres Poderes, los tres órdenes de gobierno y, por igual, del PRI, del PAN, del PRD, del PVEM, del Panal, del PT y de Convergencia.
Nadie quiere el baño de sangre, pero también es tiempo de decir “¡Basta..!” al maniqueísmo de una prensa militante, rencorosa, que desde julio de 2006 le apostó al crimen político que significa empujar y estimular la caída del gobierno azul de Felipe Calderón; prensa y medios que no informan, sino engañan; que no critican, sino falsifican la información; que mienten, distorsionan y fomentan el odio y la confrontación.
Una prensa que, maniquea y panfletaria, grita que las 15 mil o más muertes producto del crimen registradas en 2010, son “los muertos de Calderón”, como si el presidente fuera El Chapo o el jefe de las bandas criminales; una prensa incapaz de explicarle a sus lectores, escuchas y televidentes, que el de Calderón puede ser un mal gobierno, pero que los malos, los que atentan contra la seguridad, la vida y los bienes de la sociedad, no son los integrantes de ese gobierno —por malos que sean—, sino los criminales, las poderosas bandas que no nacieron ni se construyeron en julio de 2006, sino desde hace décadas.
En efecto, es urgente un “¡Basta..!”, de ese periodismo incapaz de reportear que, al igual que ha fallado el gobierno federal azul en el combate al crimen y el narco, también han fallado y hasta han incurrido en actos de complicidad y simulación, los gobiernos estatales y municipales amarillos y tricolores en todo el país; un periodismo que se mueve en la intolerable frontera del denuesto al gobierno enemigo, y la apología al crimen que derrota a ese odiado gobierno; que parece recomendar negociar con los criminales —dizque como única solución para detener el baño de sangre—, aunque eso signifique la negación y la destrucción del Estado todo.
Sí, “¡Basta..!” de políticos pequeños, mediocres, mezquinos, que sólo ven la renta inmediata, electoral, en la ineficacia del gobierno federal y en sus políticas públicas de combate al crimen, y que no pierden oportunidad de patear al caído, de no hacer nada para que se levante, porque patear al gobierno y al enemigo en desgracia es la mejor oportunidad para llegar al poder.
“¡Basta..!” de políticos, intelectuales, periodistas, líderes sociales, religiosos y empresariales que, más allá de la promoción de un mejor país, trabajan y le apuestan al estímulo de la confrontación, del odio, el rencor, la intolerancia, y el maniqueísmo de que en su calle están los buenos, los puros, los honestos, mientras que todos los demás son el diablo, los indeseables, a los que se debe destruir.
Y “¡Basta..!” de ciudadanos que, por apatía, flojera, comodidad, ignorancia, incultura, se niegan a ver más allá de su nariz, que gustan del amor fácil al mesías político o mediático, que reniegan de la tolerancia y el pluralismo en el pensamiento, el credo, y que desprecian el valor fundamental de la democracia: el pensamiento distinto. Pensar distinto, y atreverse a decirlo es, para esos ciudadanos, el pecado capital. Desafortunadamente, el “¡Basta de Sangre!” viene acompañado con una genética de odio, intolerancia, mezquindad política y oportunismo que podrá engañar a muchos por mucho tiempo, pero no a todos para siempre. Al tiempo.
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