BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO

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martes, 8 de marzo de 2011

LA CIUDAD Y LOS GAYS


Héctor de Mauleón / El Universal

Tuvieron que pasar cinco siglos para que los gays abandonaran la vida subterránea a la que estaban confinados. Con los matices propios de una cultura que decidió fincarse en la homofobia desde que Nezahualcóyotl moralizó Texcoco a través de una ordenanza que mandaba que a los homosexuales se les sacasen los intestinos, hoy, como nunca antes, la visibilidad del subsuelo sexual ha dejado de ser incitación al escándalo. Aunque persiste el linchamiento de la jerarquía católica y se mantiene lo que Carlos Monsiváis llamó “la resistencia fundamentalista” de algunos sectores de la sociedad (acosos, desprecios, burlas, golpizas), en la ciudad de México los homosexuales han accedido a una serie de conquistas históricas, impensables hasta hace poco tiempo: por primera vez pueden casarse y se hallan amparados por leyes contra la discriminación. Por primera vez en la historia de la ciudad, resulta natural ver a dos hombres caminar de la mano.
Y sin embargo, tras esa “naturalidad” se halla el proceso en que se construyó, minuciosamente, el infierno de los homosexuales. La primera vez que un sector de la ciudad de México salió masivamente del clóset, ocurrió de modo involuntario el 6 de noviembre de 1658. Ese día, 14 hombres fueron quemados en una plaza pública: una razzia había descubierto que se hacían llamar con nombres de mujer y recibían visitas masculinas en casas montadas “con todo aliño”. Enganchados por un anciano español conocido en el ambiente como “Señora la Grande”, los condenados revelaron que en su clientela había un centenar de señorones de la sociedad novohispana, tan adoradora de vírgenes y tan devota de los santos.
La segunda salida del clóset, también involuntaria, ocurrió en 1901: un gendarme descubrió que se verificaba un baile misterioso. No tardó en comprobar que buena parte de los 41 invitados vestía con trajes femeninos. Era el porfiriato: los hijos de familias distinguidas fueron protegidos por el silencio; otros 22 detenidos fueron enrolados en el ejército y enviados –entre una multitud que los siguió hasta el ferrocarril lanzándoles injurias y proyectiles— a combatir en la Guerra de Castas. El escándalo provocó la satanización en la cultura popular del número “41”, y condenó a los homosexuales a encerrarse en sus propios guetos, de los que sólo salieron para ser exhibidos como bufones o como escorias (hay que ver la manera en que los trató la Época de Oro del cine mexicano).
En el México posrevolucionario, de políticos empistolados y machos a la Pedro Armendáriz, la salida más importante del clóset fue absolutamente voluntaria. El escritor Salvador Novo fue el primer personaje público que ostentó su homosexualidad. Como afirman los clásicos: Novo hizo del amaneramiento una proclama. Mientras otros artistas se veían obligados a expresarse en clave –el compositor Gabriel Ruiz fue uno de ellos: nos hizo cantar “boleros de amor” cuyos destinatarios nadie imaginaba—, Novo se exhibía en la calle, asombrando, irritando, provocando (con sus pantalones blancos, sus zapatos blancos, sus cejas depiladas). Aquel escritor asumió su preferencia sexual de modo feroz: gracias a su vasta cultura, su prosa extraordinaria, su maledicencia terrible, logró convertirse en un personaje temido, respetado, tolerado. Novo se impuso en el poder cultural y fue aclamado como el gran cronista del siglo XX. Esa aceptación abrió, tal vez, el primer gran boquete en nuestra cultura homofóbica.
Fue necesaria, sin embargo, la derrota del régimen de la Revolución, fueron necesarios cuatro gobiernos de izquierda, para que los gays pudieran caminar del brazo y por la calle. Novo cumplirá dentro de poco 40 años muerto. Un espléndido libro coordinado por Michael Schuessler y Miguel Capistrán (México se escribe con J) recoge sus aportaciones y narra, desde el cine, el teatro, la música y la literatura, la historia de la comunidad gay en México: la crónica de un largo viaje por el país de la noche.

1 comentario:

  1. mangaaaaaaa de putosssssssssss.......... aganse petear pedaso d chupadores compulsivos....cara de rasimo de verga!!!! se sientan en el pinochooooo!!!

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