BLOG DE ANÁLISIS Y PERIODISMO PROPOSITIVO

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lunes, 14 de marzo de 2011

LA GUERRA CONTRA CARLOS SLIM

OJO POR OJO


Tengo la impresión de que por tratar de meterle el pie a Telmex, varias instancias están perdiendo lo más por lo menos. ¿Quién es más monopolio en esta historia? ¿Quién sí está ofreciendo servicios de alta calidad?


Alvaro Cueva



El tema del momento es, por supuesto, la guerra entre Telmex y un montón de compañías encabezadas por Televisa y Azteca.
¿Por qué? Porque no se ve otra cosa en los medios de comunicación. Todo tiene que ver, o con un campaña de desprestigio o con una campaña de alabanzas hacia la figura de Carlos Slim.
El sector telecomunicación está en su derecho de pelear por una posición en el mercado. A mí lo que me da tristeza es ver cómo se están dando las cosas y cómo todo, finalmente, tiene que ver con un gran modelo mexicano.
¿A qué me refiero cuando le digo que me da tristeza ver cómo se están dando las cosas?
A que es muy obvio que los ataques se incrementaron en el momento en que Telmex retiró su publicidad de ciertas televisoras.
¿Y? ¿Qué tiene esto de triste? Que significa que los contenidos de buena parte de nuestra televisión, de la que forma la opinión del pueblo de México, están supeditados a la ley de la oferta y la demanda.
Si el anunciante paga, todos lo quieren. Si no, súbitamente el mundo descubre que es un monopolio, que da pésimo servicio, que cobra muy caro, que es malo para la salud, que atenta contra la ecología o que trata pésimamente a sus empleados.
¿Por qué antes nadie se quejaba de Telmex? ¿Por qué antes todo lo que se decía de Carlos Slim era como un homenaje en vida? Porque no representaba una amenaza, porque daba dinero.
No sé a usted pero a mí esto me duele, es demasiado evidente, termina por vulnerar la credibilidad de muchos de los más importantes representantes de la industria de la televisión mexicana.
¿Cómo vamos a creer en las noticias de ciertos canales después de esto? Y si así se comportan frente a un asunto empresarial, ¿cómo debemos imaginar que se van a comportar frente a un asunto político o religioso?
¿Ahí sí va a ser diferente? ¿Ahí sí no va a haber dinero o intercambio de regalos de por medio?
Tengo la impresión de que por tratar de meterle el pie a Telmex, varias instancias están perdiendo lo más por lo menos.
¿Quién es más monopolio en esta historia? ¿Quién sí está compitiendo en igualdad de circunstancias? ¿Quién sí está ofreciendo servicios de alta calidad? ¿Quién sí está cobrando tarifas bajísimas?
Pero esto no es lo más delicado de esta guerra. Yo le pregunto: ¿usted conoce a alguien que esté hablando de la parte de los contenidos?
Los contenidos son la base del negocio de las comunicaciones. ¿A quién le importan los canales de distribución si, ante la cantidad de opciones que vamos a tener, lo que va a marcar la diferencia van a ser los contenidos?
¿Usted conoce la propuesta de contenidos que va a manejar Carlos Slim? ¿Usted ha escuchado alguna propuesta formal por parte de sus enemigos?
A mí no me sirve que Telmex produzca televisión si nos va a dar lo mismo que nos da la mayoría de las televisoras que tenemos ahora. ¿A usted sí?
A mí no me sirve que Televisa, Azteca ni que otras tantas empresas luchen contra Telmex si su victoria va a significar la permanencia de LauraExtra normal,Guerra de chistes y Las lavanderas. ¿A usted sí?
Esto es lo que le trato de decir cuando le hablo de un gran modelo mexicano. Para variar, estamos ante una guerra que no nos corresponde.
Sí, nos afecta, como la guerra contra el crimen organizado, pero nadie nos toma en cuenta. Allá están las grandes esferas peleándose por sus asuntos. Acá estamos nosotros, impotentes ante lo que suceda.
¿Usted, por ejemplo, encuentra alguna diferencia entre las alianzas que compañías enemigas como Televisa y Azteca están haciendo para derrotar a Carlos Slim y las alianzas que los partidos políticos más opuestos en términos ideológicos, como el PAN y el PRD, están realizado para detener al PRI?
Tan polémicas y válidas son unas como tan polémicas y válidas son otras. ¿Y en qué cambia para nosotros que no juegue Slim? ¿En qué cambia para nosotros que no gane el PRI?
Y lo mismo aplica para el deporte, la cultura, la religión, la seguridad pública. ¡Para todo!
Lo increíble es que hay gente que se traga este modelo y que se pone a defender con vehemencia a un empresario, a un canal o a un partido.
¿Para qué? Mientras que no corrijamos la base de esto, que en el caso de las comunicaciones son los contenidos, lo único que vamos a hacer es perder nuestro tiempo. ¿A poco no?
¡Atrévase a opinar!

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